Actualizado 29/11/2011 23:40

Panamá.- Defensa de Noriega afirma que no puede ir a una cárcel común porque es un "prisionero de guerra"


CIUDAD DE PANAMÁ, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

El expresidente panameño Manuel Antonio Noriega es un "prisionero de guerra" y, por tanto, no puede se recluido en una cárcel común una vez que sea extraditado desde Francia a su país a cumplir una condena de 20 años, aseguró su abogado, Julio Berríos.

Francia autorizó la semana pasada la extradición de Noriega, de 77 años, quien se encuentra detenido desde hace año y medio en la prisión La Santé de París, cumpliendo una sentencia de siete años de cárcel por blanqueo de dinero.

Horas después de conocer la decisión de la justicia francesa, el mandatario panameño, Ricardo Martinelli, anunció que el exagente de la CIA sería trasladado de inmediato a una cárcel común, aunque recordó que por tener más de 72 años puede solicitar el arresto domiciliario.

Martinelli también aclaró que la ley panameña establece que "cuando se extradita a una persona tiene que estar (en el país que le acoge) en condiciones iguales a la prisión en la que se encontraba".

Según Berríos, el Gobierno ha mantenido esa postura "porque tienen la presión de los medios, de la familia Spadafora, de las víctimas y la de la gobernadora (de la provincia de Panamá), Mayín Correa", y avisó de que "el Ejecutivo no puede tomar esas decisiones" porque se trata de un asunto que "deberá definir el Poder Judicial".

"Noriega es un prisionero de guerra, por eso no puede ser tratado ni estar en una celda común", aseveró en declaraciones citadas por la prensa local, al recordar que el exgeneral debe recibir asistencia médica especializada por su delicado estado de salud.

Las penas de Noriega en Panamá suman 60 años de prisión (tres condenas de 20 años cada una) por homicidio y violaciones de los Derechos Humanos. La justicia panameña envió a Francia un total de tres solicitudes de extradición por el caso del asesinato en 1985 del opositor de origen italiano Hugo Spadafora, por la muerte en 1989 del capitán Moisés Giroldi y el homicidio del opositor Heliodoro Portugal.