Publicado 23/06/2020 19:53

El Parlamento de Burundi aprueba nombrar como primer ministro al ministro de Seguridad, Alain-Guillaume Bunyoni

Burundi.- El Parlamento aprueba nombrar como primer ministro al ministro de Segu
Burundi.- El Parlamento aprueba nombrar como primer ministro al ministro de Segu - EVRARD NGENDAKUMANA / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO

El Gobierno anuncia que Nkurunziza será enterrado el viernes y declara un día de fiesta nacional

MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Asamblea Nacional de Burundi ha aprobado este martes el nombramiento del hasta ahora ministro de Seguridad, Alain-Guillaume Bunyoni, como nuevo primer ministro del país, cerca de una semana después de que Evariste Ndayishimiye asumiera el cargo de presidente tras el fallecimiento por un infarto de Pierre Nkurunziza.

El Gobierno burundés ha informado a través de su cuenta en la red social Twitter que Bunyoni, sobre el que pesan sanciones por parte de Estados Unidos por su presunta responsabilidad en actos de represión política, ha obtenido el apoyo de 92 de los 94 parlamentarios presentes, en medio del boicot opositor.

Asimismo, ha resaltado que la votación sobre la nominación de Bunyoni ha tenido lugar "tras la proposición" en este sentido de Ndayishimiye. Por otra parte, Prosper Bazombanza ha sido nombrado vicepresidente del país, según el diario independiente 'Iwacu'.

Bunyoni, parte de la línea dura de las autoridades burundesas, se sumó en 2003 al gubernamental Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD) después de la guerra civil, tras lo que fue nombrado un año después como coordinador del Estado Mayor de la Policía Nacional.

Así, entre 2005 y 2007 ocupó el cargo de director general de la Policía, mientras que en 2007 fue nombrado ministro de Seguridad Pública, cargo que ocupó hasta noviembre de 2011 y nuevamente a partir de agosto de 2015.

De esta forma, Bunyoni ocupará el cargo de primer ministro, creado a raíz de la aprobación de las enmiendas constitucionales de 2018. Sobre él pesan sanciones de Estados Unidos desde 2015 por su supuesto papel en la represión de activistas y opositores en 2015, cuando Nkurunziza se presentó a un tercer mandato.

La crisis estalló en abril de 2015, cuando Nkurunziza anunció su intención de concurrir a las elecciones, algo que, según la oposición, violaba el acuerdo de paz alcanzado en 2015 para poner fin a la guerra civil.

Tras un fallido golpe de Estado, el presidente logró revalidar su cargo en las urnas, desatando con ello una ola de violencia con epicentro en la antigua capital, Buyumbura, que se cobró al menos 450 vidas, de acuerdo con organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.

EL FUNERAL DE NKURUNZIZA SERÁ EL VIERNES

Por otra parte, el portavoz del Gobierno burundés, Prosper Ntahorwamiye, ha anunciado durante la jornada que Nkurunziza será enterrado el viernes en la capital, Gitega, una jornada que ha sido declarada como un festivo nacional por las autoridades.

Así, ha detallado a través de un comunicado que el cuerpo de Nkurunziza será trasladado desde el Hospital del Cincuentenario de Karusi hasta el estadio de Gitega para que la población pueda presentar sus respetos, después de lo cual será trasladado al cementerio.

Nkurunziza falleció el 8 de junio a causa de un infarto, según informó el Ejecutivo, en un momento en el que se encontraba a la espera del traspaso de poderes en agosto a Ndayishimiye, su 'delfín' y vencedor de las elecciones celebradas en mayo.

A pesar de que la Constitución de Burundi prevé que sea el presidente de Asamblea Nacional el que asuma el cargo en caso de muerte del presidente, el Tribunal Constitucional consideró que puesto que el sucesor de Nkurunziza ya estaba elegido y ratificado, este podía adelantar la toma de posesión.

Las elecciones estuvieron marcadas por un repunte de la violencia y ante el temor de que el país se vea arrastrado a una crisis violenta como la de 2015, cuando Nkurunziza decidió presentarse a un tercer mandato, a pesar de que la oposición denunciaba que ello violaba el acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil (1993-2005).

Asimismo, se celebraron en medio de la pandemia de coronavirus y menos de una semana después de que el Gobierno expulsara del país al jefe de la delegación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a otros tres integrantes de la misma, sin ofrecer ningún motivo para justificar su decisión.