Publicado 24/01/2016 20:27

¿Qué pasará con las armas que dejen las FARC tras la firma del acuerdo de paz?

Armas
COLPRENSA


BOGOTÁ, 24 Ene. (Colprensa/Notimérica) -

Los colombianos llevan más de cinco décadas anhelando que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) abandonen las armas, algo que cada vez parece estar más cerca que nunca.

Sin embargo, hasta este momento, el país no se había visto en la necesidad de preguntarse que pasaría tras ese desarme y a dónde irían a parar las armas en posesión de la guerrilla.

¿Cuántas armas tiene que entregar la guerrilla? ¿A quién se las daría? ¿Qué se debe hacer con ellas? ¿Qué garantía hay de que no van a dejar algunas escondidas? ¿Cómo se ha realizado ese proceso en otros países?

Estas son algunas preguntas que han comenzado a hacerse vigentes este semana, después de conocerse que el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC han acordado solicitar a la ONU que, junto a la CELAC, asuma la verificación del cese al fuego y la dejación de las armas una vez que se firme la paz en La Habana.

A pesar de que todo esto son especulaciones hasta que la Mesa de Conversación presente en Cuba no acuerde los términos en los que se realizará el desarme, los expertos ya han comenzado a debatir varios aspectos relacionados con el tema.

AL MENOS 20.000 ARMAS

El ministerio de Justicia señala que las FARC tienen, actualmente, cerca de 7.000 hombres que, de acuerdo con cálculos de inteligencia, tienen un promedio de un arma de corto alcance y otra de largo alcance cada uno.

De esta forma, los cálculos iniciales apuntan a que la guerrilla tendría que entregar, al menos, 14.000 artefactos, que fácilmente podrían ascender a 20.000. Sin embargo, los expertos tienen claro que el arsenal acumulado por la guerrilla no acaba ahí.

"Es importante que también se entreguen las municiones y los explosivos, y que se identifiquen a los conocedores de las técnicas para la fabricación y sembrado de minas, para el recalce de municiones ya usadas o dañadas por la humedad, así como a los especialistas en esconder ese tipo de armas, municiones y explosivos", dice el director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), Jorge Restrepo.

A su vez, Jhon Marulanda, consultor internacional en seguridad, llama la atención sobre una realidad que se ha evidenciado en otros procesos de paz: la posibilidad de que las FARC no entreguen todo lo que tienen.

"Van a guardar una reserva en algún lugar, pensando en que si las cosas no salen bien o comienzan a ser atacadas, ellas van a proclamar su derecho a defenderse", dice antes de precisar que después de 60 años de estar combatiendo, "tienen la suficiente malicia para saber que ese es un riesgo muy grande".

No obstante, Restrepo señala que eso se puede evitar con un programa de desarme de larga duración y de búsqueda activa de armamento, que incluya un cuidadoso control de fronteras y el mantenimiento del actual régimen de armas de fuego, que solo le permite el acceso a quienes tienen permiso concesional del Estado. "Lo que tenemos que evitar es que se cree un mercado negro de armas en Colombia, a partir de un mal desarme", apunta.

¿QUÉ HACER CON ELLAS?

Para el coordinador de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz de la Fundación Ideas para la Paz, Eduardo Álvarez Vanegas, la verificación que haga la ONU tienen que garantizar que el armamento no estará más al alcance de las FARC. "Debe manejarse con mucha cautela el que las armas sean entregadas, que se les pueda hacer un rastro para que la sociedad colombiana y el mundo sepan que no se están quedando por ahí".

Por ello, para Marulanda, lo mejor es que los artefactos recuperados sean destruidos o enviados a otro continente, para que no terminen 'guardados' en países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua o Cuba.

Pero Restrepo no está de acuerdo con que sean destruidas mientras no se obtenga de ellas toda la información posible para ayudar a buscar la verdad que reclaman las víctimas. "En el caso del M19, de la Corriente de Renovación Socialista, las armas no fueron entregadas a un tercero de confianza ni inventariadas ni se guardó registro balístico, de gran importancia en los procesos judiciales".

SISTEMA DE SEGURIDAD

Es ahí donde aparece otro tema que aún no ha sido acordado en La Habana, y es el sistema de seguridad que se implementará en las zonas donde se establezca la guerrilla tras la firma de la paz.

"Si ellos comienzan a dejar las armas, pero los empiezan a matar, el resto no las va a dejar", sostiene el coordinador del Observatorio de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, quien agrega que "eso no se resuelve con carros y escolta ni llenando de militares las zonas de las FARC".

Con él coincide Álvarez y precisa que la misión internacional debe considerar los factores de amenaza a la seguridad existentes en esas regiones, ya que es muy probable que allí confluyan "otras formas de crimen organizado, potenciales disidencias de las FARC y grupos que quieran copar los vacíos de poder" dejados por la guerrilla.

Queda claro así que el reto que enfrentarán la ONU y la CELAC --que como se sabe también incluirá la verificación del cese el fuego-- será monumental, dado que la complejidad del conflicto armado colombiano no se agota en la subversión que está sentada en La Habana.