LIMA, 11 Ago. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Alan García acelerará el gasto público para apoyar a la economía peruana, que ha sido duramente golpeada por la crisis mundial, y, además, endurecerá la lucha contra el narcotráfico y grupos rebeldes, anunció ayer en el Congreso el jefe del gabinete, Javier Velásquez.
Tras recibir el voto de confianza del Congreso, Velásquez fue designado para comandar el tercer gabinete con el que el presidente García busca afrontar la desaceleración económica del país y combatir el tráfico de drogas en el país, segundo productor mundial de cocaína.
Aunque el Gobierno peruano espera cerrar el año con un crecimiento del 3 por ciento --tal vez el único país latinoamericano que esquive la recesión en 2009--, la actividad productiva ha sido golpeada por una caída en los ingresos por exportaciones en medio de la crisis global.
En un intento por apuntalar el ritmo económico, el Gobierno puso en marcha un plan de estímulo que asciende a 4.170 millones de dólares (2.953 millones de euros). Sin embargo, Velásquez reconoció que su implementación no ha avanzado al ritmo requerido.
"Por eso es necesario que se (...) ejecuten oportunamente los recursos destinados a la inversión pública, como una forma de materializar la distribución de la riqueza con inclusión social", afirmó en un discurso ante el Parlamento.
El jefe de gabinete --también llamado primer ministro-- aseguró que seguirán avanzando en la apertura de mercados para los productos nacionales "realizando negociaciones con Corea, Japón y la Unión Europea". Perú depende fuertemente de sus envíos de materias primas, principalmente de minerales, que representan un 60 por ciento de sus ingresos por exportaciones.
EL NARCOTRÁFICO
Por otra parte, Velásquez se comprometió a reforzar la ofensiva del Gobierno contra el narcotráfico y la guerrilla en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), una zona andina y selvática en el centro-sur de Perú. "Hemos dispuesto la entrega de equipo satelital a más de 20 bases de la Policía Nacional en el VRAE para mejorar la comunicación", aseguró.
Remanentes del grupo maoísta Sendero Luminoso, que tuvo su apogeo hace dos décadas, actúan en tres zonas de los Andes y la selva de Perú, donde se encuentran los mayores centros de producción de cocaína y cultivos de hoja de coca.
Los rebeldes de Sendero Luminoso se han convertido en los últimos años en guardianes de los narcotraficantes que les proveen de armas, municiones y alimentos, y hasta tienen sus propios laboratorios de producción de cocaína, según datos de la Policía peruana.
La semana pasada, tres policías y dos civiles murieron después de que decenas de rebeldes atacaran una base policial en los Andes peruanos, la primera incursión en años a una sede de las fuerzas de seguridad dentro de un lugar poblado.
Analistas afirman que la capacidad ofensiva de Sendero Luminoso ha aumentado en esa zona del país, una de las principales rutas por donde los narcotraficantes transportan la droga desde las zonas andinas hasta la costa del país.