Actualizado 13/06/2009 19:58

Policías de Irak refuerzan seguridad con ADN y perros

Por Aseel Kami

BAGDAD (Reuters/EP) - En una reluciente oficina de crímenes forenses en Bagdad, los aprendices en delantales blancos colocan gotas de sangre en tubos de ensayo en busca de pistas genéticas.

Las instalaciones de análisis de ADN de apenas siete meses son una parte importante de los esfuerzos de Irak por mejorar sus fuerzas de seguridad, mientras el Ejército de Estados Unidos les traspasa la responsabilidad de cara al retiro de las tropas de combate de los centros urbanos este mes.

"Este es el primer paso, analizar ADN en Irak", dijo Shafan Khalid, un estudiante de Arbil en la autónoma región del norte de Kurdistán, levantando la vista de su labor.

La policía iraquí tuvo que comenzar de cero después de que las autoridades estadounidenses disolvieran a las fuerzas de seguridad de Saddam Hussein, poco después de la invasión encabezada por Estados Unidos en el 2003.

Ahora el país cuenta con aproximadamente medio millón de oficiales de policía que están siendo preparados para tomar las riendas de la seguridad, mientras las fuerzas de combate estadounidenses se retiran gradualmente de Irak.

En la habitación contigua a las instalaciones, la unidad "K9" está entrenando a perros rastreadores para que busquen explosivos, un trabajo crucial en una nación en la que los coches bomba y los atentados suicidas han cobrado miles de vidas.

Cinco policías observan de pie mientras un aprendiz guía a un pastor belga con una cadena. Cuando da con el hombre que esconde el falso dispositivo, el perro se sienta para alertar a su amo.

En Irak hay 63 perros rastreadores de bombas importados de Sudáfrica y Estados Unidos, 33 de ellos en la capital. Hay 11 entrenadores iraquíes formados por instructores estadounidenses.

"Ahora el entrenamiento depende en un 100 por ciento de nuestro cuadro iraquí", dijo el brigadier general Mohammed Musshib, líder de la unidad, agregando que hay 30 iraquíes participando en el curso de ocho semanas.

"Incluso aunque los estadounidenses quieran irse ahora, no sería mucho problema para nosotros", agregó en un pasillo lleno de jaulas de perros a ambos lados.

HACIENDO EL TRABAJO DURO

Está previsto que las tropas estadounidenses de combate dejen el país para agosto del 2010, si bien unos 50.000 soldados permanecerán en el país para brindar capacitación y asesoramiento hasta la fecha límite del 2011.

A medida que esas fechas se acercan, Irak está intensificando sus preparativos para llenar el vacío en materia de orden público y seguridad.

Instalaciones tan rutinarias como laboratorios de ADN permitirán realizar investigaciones criminales profesionales en base a evidencias concretas, en lugar de métodos que muy a menudo implican la detención y encierro de sospechosos sin acusación durante extensos períodos, dijeron los funcionarios.

En otro departamento del instituto de capacitación del Ministerio del Interior, hay unas 50 mujeres tomando clases de computación. Esperan graduarse en noviembre y convertirse en las primeras mujeres de Irak en llegar al rango de oficial de policía.

Afuera en la plaza de armas, aprendices practican el resguardo de un oficial mayor, en un simulacro en el que dos hombres armados le arrojan una granada de mano cuando sale del auto.

Los aprendices les "disparan" a los hombres que encarnan el papel de los atacantes, y luego ponen al oficial a salvo en su vehículo.

El Coronel estadounidense Larry Saunders, alto asesor del Mayor-General Jassim Hassan, director del instituto de entrenamiento del Ministerio iraquí, dijo que la principal prioridad era crear una fuerza policial suficientemente grande para que tuviese la capacidad de proteger al país.

"El segundo paso es dónde nos encontramos ahora, dándoles una formación aceptable internacionalmente", dijo Saunders, agregando que la capacitación está siendo llevada a cabo por instructores iraquíes.

"Nosotros no estamos haciendo el trabajo, ellos lo están haciendo", dijo el Coronel.

El Gobierno de Irak tenía expectativas de aumentar aún más el tamaño de la fuerza, pero tuvo que bajar sus pretensiones por la falta de fondos debido a la baja del precio del crudo, que proporciona aproximadamente el 95 por ciento de los ingresos.

Aunque la policía ha sido un frecuente blanco de los insurgentes, estos empleos son muy buscados entre los iraquíes por lo considerable que resulta un sueldo de 600 dólares, en un país aquejado por el desempleo generalizado.

El mayor general Hassan, comandante del instituto de entrenamiento, dijo que 500.000 oficiales de policía eran suficientes, pero que era vital capacitarlos con una variedad de destrezas.

"La capacidad de invertir en este número de personas es lo que importa ahora. Si podemos mejorar con esta cantidad, definitivamente tendremos un aparato policial activo y fuerte", manifestó.