Actualizado 08/07/2009 02:46

Presidenta argentina resiste presiones de cambio

Por Helen Popper

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - La oposición en Argentina está aumentando la presión sobre la presidenta Cristina Fernández para que imprima un nuevo curso a su Gobierno, luego de la derrota en las elecciones legislativas de medio término, pero las señales de cambio son tenues por el momento.

Un importante funcionario renunció la semana pasada, pero el augurado relanzamiento del gabinete tras las elecciones del 28 de junio aún no se produjo y cualquier cambio sería gradual, mientras Fernández y su esposo, Néstor Kirchner, buscan recomponerse luego de perder el control parlamentario.

Fernández minimizó la derrota al asegurar que amplió la base parlamentaria con el crecimiento de partidos aliados en los comicios, pero los opositores quieren que el Gobierno asimile el golpe y cambie el rumbo.

"El país se ilusionó hasta la cinco de la tarde del lunes posterior a las elecciones diciendo '¿han escuchado, se ha escuchado, cómo seguimos?' Obviamente no escucharon", dijo Francisco de Narváez, quien derrotó al ex presidente Kirchner en la provincia de Buenos Aires, la más importante del país.

Fernández, quien sucedió Kirchner en el 2007, defendió las políticas oficiales un día después de las elecciones y dijo que no había razón para cambiar su gabinete.

Y en lugar de quedarse en el país para reorganizar el Gobierno tras la caída electoral y enfrentar la epidemia de la gripe H1N1, se unió el fin de semana a una misión para reinstaurar en el poder al derrocado presidente de Honduras.

Los críticos del Gobierno dijeron que la presidenta falló en reconocer el mensaje de los votantes.

SHOCK

Mientras el Gobierno dio pocas pistas sobre su estrategia post-electoral, los legisladores ya se están acomodando al nuevo escenario político.

Los diputados y senadores electos no asumirán sus cargos hasta diciembre, pero ya se están concentranado en reformar algunas leyes clave, como los tributos a las exportaciones de granos y los llamados super-poderes, una norma que da al Gobierno discrecionalidad para redistribuir recursos.

Algunos analistas aseguran que el Gobierno se concentrará en defender esas políticas, para ayudar a Fernández a completar su mandato de cuatro años, en momentos en que la desaceleración de la economía golpea los recursos tributarios.

"(La prioridad del Gobierno) será garantizar la gobernabilidad hasta 2011 y reconstruir mayorías parlamentarias que después de la elección matemáticamente perdieron", dijo Artemio López, de la consultora eQuis.

El analista aseguró que el Gobierno está aún en estado de shock, pero que definirá su estrategia hacia finales de mes.

La renuncia del Secretario de Transporte Ricardo Jaime, un estrecho colaborador de los Kirchner y ahora investigado por la justicia, alimentó los rumores de mayores cambios en el círculo íntimo de asesores y funcionarios.

ELECCION PRESIDENCIAL

La renuncia de Kirchner a la presidencia del gobernante partido peronista luego de los comicios podría ser un paso importante hacia una transición ordenada dentro del partido, en busca de un nuevo liderazgo para las elecciones presidenciales del 2011.

Sin embargo, la presidencia quedó en manos del gobernador Daniel Scioli, un aliado del Gobierno, lo que dejó inconformes a los restantes miembros del partido, que elevaron su voz.

Los mercados y las empresas creen que la principal señal de cambio sería la salida del polémico secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, pero las versiones de su renuncia aún no se materializaron.

Moreno tiene a su cargo el control de los acuerdos de precios con las empresas, con una estrategia que las compañías consideran hostil, y lidera la intervención del ente estatal de estadísticas desde el 2007, que se presume subestimó la inflación y sobreestimó el crecimiento, entre otros índices.

"Guillermo Moreno va a ser en alguna momento otra baja, no creo que tenga mucha sobrevivencia, (pero) no va a implicar un cambio brusco, por lo menos en lo que hace a la medición de los precios de consumidor", dijo el economista Aldo Abram, de la consultora Exante.

Medios locales mencionan también al jefe de Gabinete Sergio Massa y al ministro de Economía Carlos Fernández como posibles recambios.

Los mercados recibirían con buenos ojos la elección de un ministro de Economía de mayor protagonismo, como un signo de que Kirchner -quien es visto como quien dirige la economía del país- tendrá un rol menos central en el Gobierno de su esposa.

Pero Kirchner parece poco permeable a ceder el control o tolerar cambios radicales.

"Esto va a ser un Gobierno intervencionista y estatista, pero mucho más moderado (...) tenía un poder ilimitado (...) en cambio ahora no lo van a tener", dijo Abram.