RÍO DE JANEIRO, 30 Abr. (Notimérica) -
El presidente del Congreso Nacional de Brasil, Eduardo Cunha, se ha congratulado de que el Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) sólo gane votaciones "por pena", a pesar de que él forma parte del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), teórico aliado del Ejecutivo de Dilma Rousseff.
"Es impresionante. Donde va el PT está todo el mundo en contra. En el plenario* Impresionante. El PT no gana ni una votación. Sólo cuando nos da pena a última hora", decía con sorna en una cena este miércoles con una cincuentena de diputados de su partido.
Se da la paradoja de que en la cena estaban presentes dos ministros de Rousseff: el ex presidente de la Cámara, Henrique Eduardo Alves, ahora responsable de la cartera de Turismo; y el diputado Eliseu Padilha, titular de la Secretaría de Aviación Civil. El PMDB tiene otros cinco ministros en el Gobierno del PT y es su principal partido aliado.
A pesar de ello, Cunha suele jactarse en público de las derrotas impuestas al Gobierno, la más reciente de ellas el proyecto que aprueba la externalización de los trabajadores, que fue rechazado frontalmente por los diputado del PT.
No es la única: el PMDB de Cunha también ha rescatado el proyecto para reducir la mayoría de edad penal -que llevaba 22 años atascado en el Congreso- y ha propuesto derogar el Estatuto del Desarmamento para que sea más fácil portar armas.
Además, ha impulsado una Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) para que la potestad para demarcar tierras indígenas pase del Ejecutivo al Congreso, atendiendo así a los intereses de la poderosa industria agroalimentaria.
Para mejorar las relaciones entre el PMDB y el PT Rousseff encargó al vicepresidente Michel Temer (PMDB), de corte más sereno y discreto que Cunha, que se dedicara también a la articulación política, un movimiento que no sentó demasiado bien dentro del PT y que por el momento parece no haber dado resultados, a tenor de las palabras de Cunha.