Actualizado 28/06/2009 12:47

Prevén que elección al Congreso debilite a presidenta Argentina

Por Fiona Ortiz

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Los argentinos votarán el domingo en una elección parlamentaria y se espera que castiguen a los aliados de la presidenta Cristina Fernández en rechazo a sus políticas económicas intervencionistas y a su estilo combativo.

Fernández, una centro izquierdista que en el 2007 reemplazó en el mando a su marido el ex presidente Nestor Kirchner, se ha estancado en un índice de aprobación del 30 por ciento mientras la tercera mayor economía de América Latina es golpeada por turbulencias después de seis años de expansión.

Los sondeos muestran que el ala de Fernández en el Partido Peronista perderá su mayoría en la Cámara baja, de 257 miembros, y apenas conservará el control del Senado de 72 miembros en la votación.

La principal carrera será en la provincia de Buenos Aires, hogar de un 38 por ciento de los argentinos, donde las facciones peronistas enfrentadas compiten por la mayor parte de los 35 escaños en la cámara baja que se disputan sólo en ese distrito.

Kirchner, quien según muchos dirige el país junto a su mujer, postula al Congreso en la poblada provincia para fortalecer al Gobierno de Fernández y posiblemente convertirse en un candidato para la carrera presidencial, lo que podría extender el período del matrimonio en el poder hasta el 2015.

Las elecciones son vistas como una plataforma para la carrera presidencial del 2011, y las opciones de Kirchner disminuirán si termina segundo en una disputada carrera contra el millonario y disidente peronista Francisco de Narváez.

Las mayores preocupaciones de los argentinos son el crimen y la inflación, según sondeos de opinión, y el fracaso de Fernández para controlar los altos precios es uno de los motivos de la caída de su popularidad.

ESTILO COMBATIVO

Pero el estilo confrontacional de los Kirchner -incluidos sus frecuentes choques con los líderes empresariales- durante sus seis años en el poder también está agotando a los argentinos.

Durante la campaña, Kirchner advirtió que el país regresaría al caos de la crisis política y económica del 2001 y 2002 si la gente no lo apoyaba a él y a su esposa.

El poderoso sector agrícola de Argentina se rebeló el año pasado contra los planes de Fernández de imponer mayores tributos a la soja, el principal cultivo de país. Si ella sale debilitada, los agricultores presionarán por una menor intervención gubernamental en los mercados de granos y las exportaciones.

Los presidentes de los vecinos Brasil y Chile han visto crecer su popularidad incluso mientras sus economías entran en recesión, porque los ciudadanos de sus países aprueban su manejo de la crisis.

Pero las medidas de Fernández para combatir una dramática desaceleración económica y el creciente desempleo no han generado confianza, aún cuando adelantó la votación para eliminarlos como factores en caso de que la crisis empeore.

Los nuevos miembros electos del Congreso no asumirán su cargo hasta diciembre, por lo que es incierto cómo gobernará durante los próximos meses de acuerdo a los resultados.

Algunos líderes empresariales e inversores se están preparando para anuncios de emergencia como tomas de control por parte del banco estatal. Los Kirchner son conocidos por la medidas sorpresivas, como la nacionalización de la mayor aerolínea del país y del sistema privado de fondos de pensión el año pasado.

Otros creen que el Gobierno que necesita recaudar miles de millones de dólares para pagar deuda, tomará medidas amigables con el mercado, como renovar el desacreditado Instituto Nacional de Estadísticas que según los economistas ha reportado una inflación menor a la real y ha exagerado el crecimiento por dos años.

Aún cuando se espera que el Banco Central mantenga su política de prevenir las fuertes fluctuaciones de la moneda, el peso se debilitó la semana pasada, mientras los argentinos, acostumbrados a las crisis económicas periódicas, compran dólares, preocupados de que la elección pueda provocar inestabilidad política.