Por Julien Pretot
PARIS (Reuters/EP) - La tenista Svetlana Kuznetsova tiene la esperanza de dejar atrás un pasado lejano, pero también el presente cuando se enfrente el sábado a su compatriota rusa Dinara Safina en la final del Abierto de Francia.
Conocidas desde los 12 años, las dos rusas intercambiarán golpes sobre la cancha Philippe Chatrier en busca de llevarse su primera Copa Suzanne Lenglen en el polvo de ladrillo de Roland Garros.
Safina, tan enigmática como su hermano Marat Safin, es la favorita.
Con sólo una derrota en tierra batida en toda la temporada, precisamente ante Kuznetsova en mayo en Stuttgart, Safina ha vencido en la mayoría de los últimos encuentros entre ellas, un parámetro que se remonta a su adolescencia.
"Ella era una chica divertida,", evocó la tenista de 23 años en una conferencia de prensa.
"Recuerdo que llegó a un partido con una botella de Pepsi de dos litros. Si alguien la hubiese visto de ninguna manera pensaría que un día podría ganar un Grand Slam", agregó Safina.
Sin embargo, mientras la número uno del mundo Safina espera su primer título en un Grand Slam, Kuznetsova, séptima cabeza de serie del torneo, ya saboreó el éxito con su victoria en el 2004 en el Abierto de Estados Unidos.
Hace dos años, Kuznetsova nuevamente llegó a la final en Nueva York y estuvo a un paso de triunfar en París en el 2006, cuando fue derrotada en la final en tres sets por la belga
Justine Henin.
Safina la ha vencido cinco veces en sus últimos seis encuentros, una tendencia que se inició cuando se enfrentaron por primera vez.
"Yo tenía como 12 o 13 (años) y Dinara era una chica increíble. Ella es un año más joven que yo ", dijo Kuznetsova, quien cumple 24 años a finales de junio.
"Yo no tenía ninguna oportunidad contra ella. Me acuerdo que una vez me ganó 6-1 y 6-0, o algo así. No tenía oportunidad. Yo era de San Petersburgo y ella de Moscú. Su mamá era una gran entrenadora", recordó.
EL IDOLO MARAT
Kuznetsova rememoró también sus primeros encuentros con Marat Safin.
"Ella era muy buena entonces y su hermano era enorme. Yo venía donde Marat y le decía: 'Oye, sé que eres hermano de Dinara. ¿Puedes darme un autógrafo?'", confesó.
Sin embargo, las emociones no entrarán a la cancha el sábado cuando las dos jugadoras comiencen el partido.
Kuznetsova jugó al suspenso en sus partidos de cuartos de final y semifinal, con enfrentamientos a tres sets después de ganar el primer parcial.
En cuartos de final, ante la estadounidense Serena Williams, ganó 7-5 en el tercer set y contra la australiana Samantha Stosur, en la ronda de las cuatro mejores, salvó dos puntos para partido antes de quedarse con la victoria.
"Tengo menos presión. Ella es la número uno. Ella tiene que ganar. Sólo quiero salir y disfrutar del partido", dijo el viernes Kuznetsova.
Safina, quien jugará su tercera final de Grand Slam después de perder en París el año pasado y en el Abierto de Australia a principios del 2009, admitió que estuvo muy nerviosa en su encuentro de semifinal ante la eslovaca Dominika Cibulkova.
"Yo estaba tensa porque quería ganar. (Pero) en lugar de dominar desde el primer punto, he esperado a que (Cibulkova) lo hiciera para empezar a jugar. Tengo que cambiar eso", admitió.
Una interrogante se cierne sobre la aptitud de Kuznetsova después de que jugara durante cinco horas y 10 minutos en sus dos últimos partidos.
Además, se torció un tobillo contra Williams y tiene una ampolla en su pie derecho.
Pero ella minimizó este aspecto antes de la primera final entre rusas de Roland Garros desde que Anastasia Myskina derrotara a Elena Dementieva en el 2004.
"Estoy un poquito cansada. Pero hay muchos nervios y emociones. Estaré bien", finalizó Kuznetsova.
(Por Julien Pretot. Editado en español por Javier Leira)