Actualizado 27/07/2009 02:07

Protestas por Zelaya se debilitan frontera Honduras

Por Iván Castro y Esteban Israel

EL PARAISO, Honduras (Reuters/EP) - Partidarios del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, trataban el domingo de volver a casa tras frustrados intentos de reunirse con el mandatario en la frontera con Nicaragua, donde se instaló desde el viernes para tratar de volver a su país.

Zelaya, expulsado a punta de fusil por militares el 28 de junio en medio de una disputa sobre un referendo para extender el mandato presidencial, quiere regresar al poder y desde esa selvática región ha dicho que podría acceder por varios medios al país centroamericano.

Su llegada a la zona levantó críticas de Estados Unidos, país que ha condenado el golpe de Estado que lo sacó del poder, y levantado advertencias del Gobierno interino en su país, que dijo que lo detendrá si intenta cruzar a Honduras.

Miles de sus partidarios en Honduras se dirigieron en días recientes hacia el puesto fronterizo de Las Manos con la intención de reunirse con él, pero fueron detenidos por militares y policías que instalaron varios retenes.

Unos 200 lograron pasar al otro lado, caminando por entre las montañas pero una mayoría, que llegó en caravana hace tres días desde la ciudad de Tegucigalpa, a unos 100 kilómetros de Las Manos, quedaron varados por casi tres días y lucían cansados, hambrientos y frustrados.

"Estamos atrapados, no nos dejan avanzar ni retroceder, la gente sigue intentando llegar a la frontera. No hay comida y estamos cansados", dijo César Castro, de 38 años, quien vestía una camiseta del Che Guevara, pantalón arrugado y tenía señales de agotamiento en el rostro.

A la pequeña localidad de El Paraíso, centro de protestas en días previos, llegó un camión con alimentos como galletas, café y agua que fue distribuida a los manifestantes. Pero algunos ya comenzaban a pensar en el regreso.

"Vamos a replegarnos a Tegucigalpa, donde esta la mayoría de la gente", dijo la maestra Lilián Ordoñez, de 29 años, mientras se secaba las lágrimas de su rostro. "Tenemos que cambiar de estrategia", agregó la mujer.

Por su parte, el coronel del ejército José Flores, a cargo de una unidad de apoyo a la policía en la zona, dijo que "esto se está debilitando, todo apunta a que se están dispersando, no queremos violencia, la idea era evitar que pudieran cruzar las fronteras".

SIN SEÑALES DE MOVIMIENTO

Zelaya, que el viernes dio unos pocos pasos en territorio de su país, a sólo metros de un cordón de soldados hondureños con equipo antimotines, ha instalado su centro de operaciones en la localidad nicaragüense de Ocotal.

El domingo no había señales de cuál sería el próximo movimiento de Zelaya, quien dijo a periodistas que participaría en reuniones en la zona. Algunos esperaban que retornara por tercer día a Las Manos, en un nuevo intento de presionar al Gobierno de facto.

Zelaya aún no ha revelado su estrategia para ingresar a Honduras. Pero la situación levantó críticas de Estados Unidos, cuya secretaria de Estado, Hillary Clinton, calificó de "temeraria" su presencia en la frontera.

Zelaya ha exigido a Washington que endurezca su posición contra el Gobierno de facto que lidera Roberto Micheletti.

El domingo demandó a Clinton que "deje de evadir el tema de la dictadura (...) para saber realmente cuál es la posición de los Estados Unidos".

Zelaya dio por fracasada la semana pasada la mediación del presidente costarricense Oscar Arias para salir de la crisis ante la resistencia del Gobierno de Micheletti a restituirlo en la presidencia, que sin embargo prometió que estudiaría el acuerdo propuesto por Arias y respondería los próximos días.

Arias defendió el domingo su propuesta de acuerdo y dijo que es el mejor camino para salir de la crisis. "La alternativa

es la confrontación que puede conducir al derramamiento de sangre que nadie quiere ni merece", dijo en entrevista con el diario El País, de España.

Desde Venezuela, el presidente Hugo Chávez, principal aliado de Zelaya y a quien muchos hondureños acusan de ser responsable de la crisis política en el país, atizó la hoguera el sábado al decir que las gestiones de Arias fueron "una trampa" y que el mandatario hizo bien en desecharlas.

Zelaya, un empresario liberal que a mitad de su mandato giró a la izquierda y se alió a Chávez, irritando a empresarios e incluso a su propio partido, fue sacado de su casa a punta de rifle por militares en la madrugada del 28 de junio y llevado a Costa Rica en una acción que indignó a la comunidad internacional.

En Tegucigalpa, los ánimos se caldearon el domingo durante el funeral de un joven que fue hallado muerto en El Paraíso en circunstancias poco claras.

Partidarios de Zelaya golpearon a dos policías e incendiaron una patrulla, dijo un fotógrafo de Reuters presente en el lugar, porque culpan a fuerzas de seguridad de su muerte.

Por otro lado, líderes del movimiento que reclama el regreso de Zelaya dijeron que un pequeño artefacto explosivo detonó afuera de un edificio donde estaban reunidos, rompiendo vidrios pero sin dejar heridos.

(Con reporte adicional de Edgard Garrido y Sean Mattson en Las Manos, Marco Aquino, Gustavo Palencia y Tomás Bravo en Tegucigalpa, Escrito por Marco Aquino; Editado por Javier Leira)