Actualizado 13/06/2013 23:16

Reclaman un discurso independiente de los países caribeños sobre la pena de muerte

V Congreso Mundial contra la Pena de Muerte
EUROPA PRESS

"Todos los países deberían sumarse a la Convención Americana de Derechos Humanos", reclama antiguo juez de la Corte Interamericana


MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -

El antiguo juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sergio García Ramírez, y activistas en favor de los derechos de las personas se refirieron este jueves a la pena de muerte en la región del Caribe y reclamaron un discurso independiente de los países caribeños sobre este problema.

En el marco del Congreso Mundial contra la Pena de Muerte que se celebra en Madrid, García Ramírez destacó la importancia de la firma de la Convención Americana de Derechos Humanos, que "todos los países del continente deberían haber firmado, pero que no es así", subrayó.

Actualmente, veinticinco países del continente americano se han unido a esta Convención, de los cuáles sólo cuatro son del Caribe: República Dominicana, Jamaica, Dominica y Haití. No han firmado países como Cuba.

"Es esencial que los propios actores del Caribe establezcan el discurso", declaró el portavoz de la Coalición Puertorriqueña contra la Pena de Muerte, Carmelo Campos Cruz. "Está demostrado que la pena de muerte no reduce el problema de la criminalidad", insistió.

En Puerto Rico, aunque la Constitución prohíbe la pena de muerte desde 1952, la Pena (de muerte) Federal de los Estados Unidos puede ser promulgada en cualquier estado o territorio del país, por lo que también es aplicable a los puertorriqueños.

Las últimas ejecuciones en la región tuvieron lugar en 2003 en Cuba y en 2008 en la isla San Vicente y las Granadinas. Sin embargo, el presidente de Cuba, Raúl Castro, ha justificado la pena de muerte diciendo que "está suspendida en la práctica, pero que sigue en las leyes, porque una vez se suspendió y aumentaron los intentos de agresión y sabotaje al país".

El abogado de Gran Caribe por la Vida, Lloyd Barnett, señaló que se necesita un cambio de mentalidad para poder realizar cambios políticos. "El respeto a la vida no es algo moral, sino también cultural y tenemos que hacer que los jóvenes y los niños respeten la vida", sentenció.