Actualizado 26/01/2015 23:40

Las reservas de agua de Río de Janeiro ya están en "volumen muerto"

Rio de Janeiro, desde la vista de dron
Foto: YOUTUBE

RÍO DE JANEIRO, 26 Ene. (Notimérica) -

   La sequía que está afectando al sureste de Brasil empieza a notarse con fuerza también en el estado de Río de Janeiro; dos de sus cuatro reservas de agua ya están en "nivel muerto", según ha informado el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) en un comunicado.

   El jueves pasado fue la mayor de las presas, la de Paraibuna, la que alcanzó la reserva técnica, y este domingo ha sido el turno de la presa de Santa Branca; cuyas aguas están en un nivel tan bajo que ya no sirve para generar energía eléctrica. Así pues, a la crisis hídrica se une la crisis energética.

   Hasta ahora, Río de Janeiro contemplaba desde la distancia los problemas con la sequía de la vecina São Paulo, pero este mes de enero -tradicional época de lluvias- apenas ha llovido y las presas empiezan a secarse.

   "La situación es crítica. Los embalses que aún no han llegado al límite están llegado", ha avisado la vicepresidenta del Comité de Integración de la Cuenca Hidrográfica del río Paraíba so Sul, Lúcia Teixeira, que a su vez ha pedido que se empiece a adoptar un "racionamiento serio", según recoge el portal de noticias UOL.

   Sin embargo, las autoridades no están dispuestas a asumir el coste político que supondría cortar el suministro de agua en las casas de forma programada. El Gobernador del Estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão, ya dijo el pasado viernes que el racionamiento no es necesario, pero que lanzaría una campaña de concienciación para que la población no desperdicie agua.

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   El río Paraíba do Sul es el responsable de que el agua potable llegue a 16 millones de personas del Estado de Río de Janeiro, pero se encuentra muy debilitado: las presas de Paraibuna y Santa Branca están en situación de "volumen muerto" y las otras dos no tardarán en estarlo si sigue sin llover, ya que la presa de Jaguari está al 1,72% de su capacidad y la de Funil al 3,75%.

¿LA GUERRA DEL AGUA?

   Pero a pesar de su precaria situación el Paraíba do Sul es también la gran esperanza del vecino Estado de São Paulo. Su gobernador, Geraldo Âlckim, ha asegurado que esta semana se aprobará la construcción de un trasvase que lleve agua al sistema Cantareira, que abastece a 6,5 millones de personas y está prácticamente seco.

   Aún así, la obra tardará año y medio en estar terminada, y la situación que vive São Paulo -y que Río de Janeiro empieza a sufrir- necesita de soluciones inmediatas.

   Las obras estaban previstas para 2020, pero han recibido un empujón de urgencia gracias al apoyo del Gobierno Federal y a la alianza que sellaron a finales de noviembre los gobernadores de São Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, los tres estados por los que transcurre el río y que se benefician de él.

   Hasta ahora el trato entre los responsables de estos estados ha sido cordial y en un acuerdo firmado en Brasilia todas las partes se comprometieron a trabajar en base a un consenso, aunque los expertos apuntan a que la gravedad de la situación no tardará en generar 'guerras' por el agua entre diferentes territorios.

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