Actualizado 20/07/2009 03:14

RESUMEN-Fracasan negociaciones por crisis en Honduras

Por Ana Isabel Martínez y Simon Gardner

SAN JOSE/TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Las negociaciones para superar la crisis en Honduras tras el golpe de Estado naufragaron el domingo, en medio de un llamado del mediador, el presidente costarricense Oscar Arias, a retomarlas en 72 horas para evitar un baño de sangre en el país centroamericano.

Las conversaciones fracasaron luego de que los representantes del Gobierno hondureño surgido del golpe de Estado de hace tres semanas rechazaran la propuesta de Arias de restituir al depuesto mandatario Manuel Zelaya para que completara su mandato.

"Lo siento mucho, pero las propuestas que usted ha presentado resultan inaceptables para el gobierno constitucional de Honduras que yo represento", dijo Carlos López, de la delegación del Gobierno interino, dirigiéndose al mediador.

Arias había puesto sobre la mesa una propuesta que incluía restituir a Zelaya hasta el término de su mandato a fines de enero, formar un Gobierno de coalición, adelantar comicios, declarar amnistía para los delitos políticos y la renuncia del depuesto mandatario a hacer un referendo, entre otros puntos.

Pero, la intransigencia de las dos delegaciones rivales para negociar el primer punto envió las negociaciones a pique.

"Este diálogo con esta comisión de este régimen de facto producto del golpe militar ha finalizado, y ha finalizado este día por esa intransigencia", dijo a la prensa Rixi Moncada, representante de Zelaya.

El peor terremoto político en América Central en 20 años representa un desafío para el presidente estadounidense, Barack Obama, quien apoya al depuesto mandatario hondureño, pero busca contrarrestar la influencia del izquierdista Hugo Chávez, un fuerte aliado de Zelaya que apoya el regreso a toda costa del líder derrocado a su país.

En un desesperado intento, Arias, premio Nobel de la Paz, pidió tres días de plazo para tratar de volver a sentar a los rivales políticos en la mesa de negociaciones.

"Yo quiero tomarme 72 horas para continuar trabajando, esta vez de una manera más ardua para ver si podemos realmente lograr un acuerdo entre las partes en conflicto", dijo Arias a la prensa.

"La alternativa es que se va a derramar sangre en Honduras si no llegamos a un acuerdo que le permita regresar al presidente Zelaya pacíficamente", dijo Arias.

Seguidores y detractores de Zelaya se han movilizado por las calles de Honduras tras el golpe.

Las movilizaciones dejaron hasta ahora un muerto, que se produjo luego de que las fuerzas de seguridad reprimieran una manifestación pro Zelaya en las afueras del aeropuerto de Tegucigalpa durante un frustado intento del mandatario depuesto por regresar al país.

SIN MARGEN DE NEGOCIACION

Sin embargo, el Gobierno interino hondureño, que acusa a Zelaya de haber violado la Constitución y ha librado órdenes de arresto en su contra y desplegado soldados en distintos puntos del país por si el mandatario intenta volver, no dejó muchas esperanzas de llegar a un acuerdo.

"Eso no es negociable ni en 72 horas", dijo a Reuters la vicecanciller interina de Honduras, Martha Alvarado.

"Si el señor Zelaya regresa al país tiene que estar a la orden de los tribunales, él tiene una orden de captura", agregó.

El depuesto mandatario fue derrocado con apoyo de la Corte Suprema y el Congreso, por supuestamente violar la ley al buscar con un referendo para habilitar su reelección.

Zelaya, que asegura que el golpe fue liderado por las élites que se oponen a sus políticas que buscan sacar a Honduras de la pobreza, había advertido que, si fracasaban las conversaciones apoyadas por Estados Unidos y criticadas por Chávez, regresaría a Honduras, lo que podría generar violencia en un país dividido.

"Lógicamente mi retorno no puede impedirlo absolutamente nadie, mi retorno es sin condición", dijo a Reuters Zelaya desde Managua tras el fracaso de las negociaciones, asegurando que todavía no tiene definido su plan para regresar al país.

"No me lo puede impedir absolutamente nadie", agregó.

A pesar de todo, Zelaya dijo que "no hay que cerrar las puertas nunca" a las negociaciones.