Actualizado 23/07/2009 04:40

RESUMEN 6-Gobierno facto Honduras, abierto a ver vuelta Zelaya

Por Juana Casas

SAN JOSE (Reuters/EP) - El Gobierno interino de Honduras, que tomó el poder tras el golpe de Estado, se mostró el miércoles abierto por primera vez a considerar el regreso al poder del depuesto presidente Manuel Zelaya, punto principal de una propuesta del mediador Oscar Arias para salvar la crisis.

El plan presentado por Arias, mediador en la peor crisis en América Central en las últimas dos décadas, propone reinstaurar a Zelaya el 24 de julio, formar un gobierno de unidad nacional hasta el final de su mandato en enero y formar una comisión de verificación que monitoree el cumplimiento del acuerdo.

"No hay mucho más que discutir. Este es un acuerdo balance, equilibrado, moderado. La alternativa anterior a este acuerdo era la restitución incondicional del presidente Zelaya", dijo el mandatario costarricense y Premio Nobel de la Paz tras leer el proyecto de lo que llamó Acuerdo Político de San José.

El delegado del Gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti dijo que la propuesta será presentada a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial para su estudio y se mostró dispuesto a continuar dialogando, pese a que la representación de Zelaya consideró el acuerdo como un fracaso.

"Hoy mismo se le presentará, de ser posible, a los tres poderes del Estado", dijo el delegado Mauricio Villeda.

"Transmitiremos este borrador de acuerdo a nuestras autoridades para que el diálogo continúe", agregó.

En dos rondas de diálogo anteriores, los enviados de Micheletti y el propio mandatario interino se habían mostrado cerrados a considerar el regreso de Zelaya como presidente.

Pero para los delegados del depuesto mandatario, que esperaba una resolución a la crisis este mismo miércoles, las gestiones de Arias y su propuesta no habían tenido éxito. "Para nosotros como delegación, el Acuerdo de San José ha fracasado", dijo la delegada Rixi Moncada.

Zelaya reiteró el miércoles que, si no se alcanzaba un acuerdo para su vuelta al poder, iba a regresar por la fuerza a su país a pesar de una orden de captura en su contra y de las advertencias de la comunidad internacional de que su llegada podría desencadenar un baño de sangre.

"Estamos convocando a las fronteras (...) a los miembros del pueblo para que nos acompañen en una entrada al país, donde las Fuerzas Armadas han dicho que van a disparar y que nos van a asesinar en la entrada", aseguró Zelaya a la radioemisora española Cadena Ser.

El mandatario, que comenzó a provocar tensiones en su país cuando a mitad de su mandato dio un giro político y se alió al presidente venezolano Hugo Chávez, ha pedido a Estados Unidos endurecer las medidas de manera individual contra quienes participaron del golpe del 28 de junio.

ALGUIEN TIENE QUE CEDER

Washington, que ha cortado la ayuda militar y amenaza con retirar también la ayuda económica, dijo que apoyaba totalmente las gestiones de Arias. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ha advertido que habrá consecuencias para Honduras si no se llega a un acuerdo.

"La secretaria fue muy clara (...) en que es importante que el régimen de facto dar una mirada seria a los esfuerzos de mediación del presidente Arias", dijo el portavoz del Departamento de Estado Robert Wood a periodistas.

Zelaya fue expulsado del país hace más de tres semanas a punta de pistola por supuestamente haber violado la ley al intentar consultar a la población sobre una reforma constitucional que permita la reelección presidencial.

Arias advirtió que las partes deben ceder para poder salir de la crisis en el país centroamericano, donde más de 70 por ciento de la población vive en la pobreza.

"Ninguno de los dos sectores del conflicto prevalecerá. La victoria será a medias para ambos o no será para ninguno", dijo.

En las calles de Tegucigalpa, unos 400 partidarios de Zelaya marcharon en la mañana una vez más exigiendo el retorno del mandatario, al que quieren esperar en algún punto de la frontera cuando se decida a regresar.

"Estamos esperando instrucciones y hasta este momento las instrucciones son ir a recibirlo a una de las fronteras", dijo Dagoberto Suazo, uno de los líderes del movimiento por la restitución del mandatario.

Simultáneamente, miles de simpatizantes del Gobierno de facto se reunieron en el centro de la ciudad vestidos de blanco y con banderas de Honduras y camisetas de la selección de fútbol en la llamada manifestación "por la paz".

Algunos llevaban carteles con leyendas como "Yes we could" ("Sí pudimos", en inglés) o "No queremos a Mel", el sobrenombre del presidente Zelaya. Otros eran contra Chávez, a quien muchos ven como el culpable de la crisis hondureña.

Las Naciones Unidas y la comunidad internacional advirtieron al Gobierno de facto que debe permite el regreso de Zelaya al poder, mientras que Estados Unidos, la Unión Europea y organismos de crédito cortaron desembolsos financieros al empobrecido país como medida de presión.

El Gobierno de facto desplegó en los últimos días soldados en distintos puntos del país por si el derrocado presidente cumple con su promesa de regresar a tierra natal.