Por Parisa Hafezi y Fredrik Dahl
TEHERAN (Reuters/EP) - Más de 100 reformistas fueron arrestados en la noche del sábado, luego de que la victoria electoral del presidente Mahmoud Ahmadinejad motivara protestas callejeras, dijo el domingo el líder reformista Mohammad Ali Abtahi a Reuters.
Un portavoz del poder judicial dijo que las personas no habían sido arrestadas, sino que fueron convocados y se les "advirtió que no aumenten la tensión". Posteriormente fueron liberados, agregó.
Miles de personas se enfrentaron a la policía el sábado, después de que la disputada victoria electoral de Ahmadinejad provocó las mayores protestas en Teherán desde la revolución islámica de 1979.
Analistas iraníes y occidentales dijeron que la reelección de Ahmadinejad posiblemente decepcionará a las potencias que buscan convencer a Irán para que suspenda sus actividades nucleares, que se sospecha están dirigidas al desarrollo de armas nucleares.
Los detenidos eran miembros del partido Mosharekat, la principal agrupación reformista del país, y entre ellos estaba Mohammad Reza Khatami, hermano del ex presidente Mohammad Khatami.
Abtahi, un ex vicepresidente, dijo a Reuters: "Ellos fueron sacados desde sus casas anoche" y agregó que se esperan más arrestos.
Las protestas del sábado fueron un inusual desafío a las autoridades iraníes. El resultado de la elección y sus violentas consecuencias plantearon nuevas preguntas sobre la dirección de las políticas iraníes en un momento en el que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quiere mejorar las relaciones con Teherán.
El líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, dijo a los iraníes que respeten la victoria de Ahmadinejad en la elección presidencial, que sorprendió a quienes creían que el candidato reformista Mirhossein Mousavi tenía posibilidades de triunfar.
El ministro del Interior, Sadeq Mahsouli, un aliado de línea dura de Ahmadinejad, declaró que el presidente había sido reelecto a un segundo mandato de cuatro años con el 62,6 por ciento de los votos, frente al 33,7 por ciento para Mousavi, en un récord de concurrencia a los comicios del 85 por ciento.
Mousavi protestó tras lo que calificó como violaciones y manipulación en las elecciones. Funcionarios del Ministerio del Interior rechazaron las denuncias.
"Advierto que no me rendiré ante esta peligrosa farsa. El resultado de tal desempeño de algunos funcionarios pondrá en peligro los pilares de la República Islámica y establecerá la tiranía", dijo Mousavi en una declaración que entregó a Reuters.
POLICIA GOLPEA A MANIFESTANTES
Después de que se anunciaron los resultados, miles de partidarios de Mousavi salieron a las calles, algunos coreaban "¿Qué pasó con nuestro voto?", otros gritaban contra Ahmadinejad.
"Somos iraníes también" y "Mousavi es nuestro presidente", dijeron.
La policía golpeó a los manifestantes con bastones mientras las protestas se expandían por la capital. Pequeñas fogatas ardían al costado de las calles.
Aunque las protestas eran pequeñas en comparación a las masivas manifestaciones que provocaron la revolución de 1979, eran las más extendidas en la ciudad desde entonces.
Khamenei, máxima autoridad de Irán, instó el sábado a los candidatos que perdieron las elecciones evitar "conductas provocativas".
"El elegido y respetado presidente es el mandatario de toda la nación y todos, incluyendo los competidores de ayer, deben apoyarlo por unanimidad y ayudarlo", afirmó en un comunicado leído por la televisión estatal.
Ahmadinejad, en un discurso transmitido por televisión a la nación, dijo que las elecciones se desarrollaron de forma "justa y libre".
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo que su país estaba observando de cerca las elecciones y esperaba que el resultado reflejara la voluntad del pueblo iraní.
La noche del viernes, antes de que los resultados oficiales fueran revelados, Mousavi se adjudicó el triunfo diciendo que era el "ganador definitivo". Sostuvo que mucha gente no había podido votar y que habían faltado papeletas para las urnas.
Ahmadinejad obtiene la mayor parte de su apoyo de áreas rurales y vecindarios pobres de grandes ciudades. Mousavi disfruta de un fuerte apoyo en centros urbanos más ricos, especialmente entre mujeres y jóvenes.