LONDRES, 28 May. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro británico, Boris Johnson, da por "cerrada" la polémica desatada por el incumplimiento de las normas de confinamiento por parte de su principal asesor, Dominic Cummings, después de que la Policía haya indicado que no prevé emprender acciones en su contra aunque pudo haber cometido una "pequeña infracción".
La Policía de Durham, hasta donde se trasladó Cummings el 27 de marzo para aislarse en una propiedad de su padre porque allí podría tener ayuda para cuidar a su hijo, ha sostenido en un comunicado que al hacerlo no cometió ningún "delito" respecto a las restricciones impuestas para frenar la propagación del coronavirus.
Sin embargo, en lo que se refiere a su desplazamiento el 12 de abril junto a su mujer y su hijo a Barnard Castle, tras examinar las circunstancias de dicho viaje y lo declarado por el propio Cummings, se ha llegado a la conclusión de que "pudo haber una infracción menor de las normas que habría exigido la intervención policial".
No obstante, aclara la Policía de Durham en su comunicado, se trata de algo "menor, puesto que no hubo ninguna aparente violación del distanciamiento social" y aunque en aquel momento hubiera sido detenido por un agente, seguramente este se habría limitado a aconsejarle de los riesgos de viajar durante la pandemia.
Así pues, concluye el comunicado, la Policía no tiene "ninguna intención de emprender acciones retroactivas respecto al incidente de Barnard Castle ya que ello supondría tratar a Cummings de forma diferente que a otros ciudadanos" puesto que no se han adoptado acciones de este tipo "contra ninguna otra persona".
Tras conocerse la decisión policial, un portavoz de Downing Street ha destacado que "la Policía ha dejado claro que no van a emprender acciones contra Cummings por su autoaislamiento y que ir a Durham no infringió las reglas".
"El primer ministro ha dicho que cree que Cummings se comportó de forma razonable y legalmente, dadas todas las circunstancias, y considera esta cuestión cerrada", ha añadido el portavoz, según informa Sky News.
Desde que se conoció el caso, la presión sobre Johnson para que cesara a su principal asesor ha ido en aumento, hasta el punto de que unos 40 diputados conservadores habían pedido al primer ministro que interviniera, pero el 'premier' se ha mantenido del lado de Cummings.
El líder de la oposición, Keir Starmer, ha sostenido, tras conocer la decisión de la Policía, que al no haber actuado con firmeza en este caso Johnson se ha "mostrado débil".
Además, el líder laborista ha expresado su temor de que los ciudadanos puedan pensar que "si Cummings no tiene que acatar las reglas" tampoco ellos deberían hacerlo. "Entoces se estaría ante una bola de nieve. El riesgo real aquí es que perdamos el control de las reglas", ha sostenido, según la BBC.