LONDRES, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
La compañía de transporte y movilidad Uber está negociando con el departamento de Ingresos y Aduanas de Reino Unido para evitar tener que pagar el Impuesto de Valor Añadido (IVA) por los servicios que presta en el país.
El organismo británico pretende clasificar a Uber como un proveedor de transporte, lo que implicaría que tendría que empezar a aplicar un impuesto del 20% al precio de las carreras o en la comisión por servicio que percibe de sus conductores.
Además, Uber ha alertado de que, si Reino Unido toma esta decisión, esta tendrá carácter retroactivo, por lo que deberá abonar a las arcas del Estado el IVA de todas sus operaciones desde que comenzó a operar en el país.
Uber no se considera una empresa proveedora de transporte, sino un intermediario tecnológico. Por eso, los servicios que presta, al no ser finales, están exentos del pago de impuestos. En su lugar, los conductores de Uber, que operan en un régimen similar al de autónomos español, son los que tienen la obligación de pagar el IVA.
Sin embargo, los conductores solamente tienen que abonar el impuesto si exceden unos ingresos imponibles anuales de más de 85.000 libras (97.161 euros), una cifra a la que no llegan la amplia mayoría de ellos.