Publicado 15/06/2020 11:39

Scott Morrison expresa su preocupación y tristeza por la pena de muerte impuesta contra un australiano en China

Australia/China.- Scott Morrison expresa su preocupación por la pena de muerte i
Australia/China.- Scott Morrison expresa su preocupación por la pena de muerte i - AAPIMAGE / DPA

MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha expresado este lunes su preocupación y tristeza por la condena a pena de muerte impuesta por la Justicia de China contra Karm Gilespie, una actor australiano, por tráfico de drogas.

"El Gobierno y yo estamos muy preocupados por el hecho de que un ciudadano australiano haya sido condenado a pena de muerte en China", ha advertido el mandatario ante el Parlamento. "Trasladamos nuestras condolencias a sus familiares y amigos", ha dicho.

Morrison ha explicado así que Canberra sigue apoyando a Gilespie, de 56 años, y que está en contacto con las autoridades chinas para garantizar su pronta liberación, según informaciones de la cadena de televisión ABC.

Gilespie, que también trabajaba de inversor, fue condenado el sábado por un tribunal de la ciudad de Cantón y tiene diez días para recurrir el veredicto. El actor fue detenido en 2013 con 7,5 kilos de metanfetamina en su equipaje de mano.

En un comunicado, su familia ha pedido a los medios de comunicación respetar su privacidad en "un momento tan difícil". "Estamos muy tristes por la situación y pedimos a todos sus amigos y allegados que no hablen ni especulen al respecto", han indicado.

La ministra de Exteriores de Australia, Marise Payne, ha aseverado que el país "aboga constantemente por la abolición de la pena de muerte a nivel mundial mediante toda vía diplomática posible". "Consideramos que esto socava la dignidad de todo ser humano y no concuerda con los principios de reinserción social", ha expresado en un comunicado.

El caso de Gilespie se produce en medio de un aumento de la tensión entre los dos países, que tienen varios frentes abiertos. Entre las principales cuestiones se encuentra la insistencia por parte de Australia de realizar una investigación independiente sobre el origen del coronavirus, que fue detectado por vez primera en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan.

Desde entonces, China ha amenazado con boicotear los productos y exportaciones australianas y ha advertido a sus ciudadanos de un aumento de los "ataques racistas y discriminatorios" contra personas asiáticas en suelo australiano.