Publicado 30/10/2020 23:09

Serraj retira su decisión de dimitir y esperará al fin del foro de diálogo para evitar un vacío de poder en Libia

MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro del Gobierno de unidad de Libia, Fayez Serraj, ha anunciado este viernes su decisión de dar marcha atrás en su compromiso de dimitir a finales de octubre tras el llamamiento de los organismos políticos con sede en Trípoli para que considerase este punto debido a que se crearía un vacío de poder en el país.

El portavoz de Serraj, Qaleb al Zaqlali, ha señalado en un comunicado que el primer ministro reconocido internacionalmente "espera que el Foro de Diálogo Político Libio (LPDF) asuma su responsabilidad histórica, alejado de intereses regionales e internacionales (...) para que el país supere las crisis actuales en paz y concordia".

Asimismo, ha expresado su deseo de que esto "lleve al establecimiento de un Estado civil moderno que encabece una transferencia pacífica del poder y respete los Derechos Humanos y la dignidad y bajo el que se logre la seguridad, la estabilidad y la prosperidad en todo Libia", según ha informado la cadena de televisión libia Al Ahrar.

El primer ministro del Ejecutivo de unidad manifestó el 16 de septiembre en un discurso su "sincero deseo" de entregar el poder a finales de octubre y resaltó que esperaba que los comités de diálogo concluyan sus trabajos y elijan a un nuevo Consejo Presidencial y un primer ministro que asuma sus funciones, algo que aún no ha ocurrido.

La decisión de Serraj ha llegado después de que el Alto Consejo de Estado y el Parlamento asentado en la capital le pidieran que aplazara su dimisión citando la incertidumbre política, el temor de un vacío de poder y la pandemia de coronavirus como motivos para su solicitud.

El presidente del Alto Consejo de Estado, Jaled al Misri, ha reclamado así a Serraj que siga como primer ministro hasta que se elija un nuevo Consejo Presidencial para evitar un vacío, y ha recordado que el acuerdo político firmado en 2015 en la ciudad marroquí de Sjirat contempla que una vacante en el cargo de primer ministro acarrea la dimisión del Gobierno, por lo que ha argüido que, ante la situación que atraviesa el país, ha de esperarse a los resultados de los contactos mediados internacionalmente.

La enviada especial de Naciones Unidas para Libia, Stephanie Williams, aplaudió el 25 de octubre al inicio del LPDF el "valiente anuncio" de Serraj sobre su disponibilidad para dimitir a finales de octubre y entregar el poder a un nuevo organismo ejecutivo.

Por ello, subrayó que la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) "espera que Serraj pueda dar otro servicio al país permaneciendo en el cargo durante un tiempo hasta que el LPDF decida sobre la vía hacia adelante".

EL FORO DE DIÁLOGO

El LPDF arrancó por videoconferencia a causa de la pandemia de coronavirus, si bien está previsto que los primeros contactos cara a cara tengan lugar a partir del 9 de noviembre en la capital de Túnez, Túnez.

El proceso arrancó días después de que las partes acordaran un alto el fuego permanente y pactaran la reanudación del transporte por tierra y aire en todo el país, así como trabajar en un plan para garantizar y aumentar la producción de petróleo, tras un proceso de contactos en Suiza por parte de la Comisión Militar Conjunta (JMC, según sus siglas en inglés).

Los contactos en la JMC son parte de la conocida como 'vía de seguridad' surgida de la Conferencia de Berlín de enero de este año, junto con las vías económica y política. Este proceso de tres vías fue respaldado por la citada resolución 2510 del Consejo de Seguridad de la ONU.

Los contactos se han intensificado desde que el Gobierno de unidad, reconocido internacionalmente y respaldado militarmente por Turquía, rechazara la ofensiva lanzada en abril de 2019 por Jalifa Haftar, que cuenta con el respaldo de Egipto, Rusia y Emiratos Árabes Unidos (EAU), contra la capital, Trípoli.

Libia vive sumida en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011. El conflicto actual enfrenta al Gobierno reconocido internacionalmente, con sede en Trípoli, con el establecido en la ciudad de Tobruk, en el este, y sustentado por el general Haftar.

La duplicidad institucional en Libia se retrotrae a las elecciones parlamentarias de 2014, que dividieron las administraciones, sin que las asentadas en el este --anteriormente reconocidas por la comunidad internacional-- y el Gobierno de unidad, surgido del acuerdo de Sjirat en 2015, consiguieran pactar su unificación desde entonces.