MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental World Vision ha denunciado este jueves que tres trabajadores humanitarios de Syria Relief and Development, socio de la ONG, resultaron heridos en el atentado ejecutado el martes en la ciudad siria de Al Bab, controlada por el Ejército turco y los rebeldes apoyados por Ankara.
El atentado en Al Bab, cuya autoría no ha sido reclamada por el momento, se saldó con al menos 18 muertos y 75 heridos, según el último balance facilitado por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres e informantes en el país.
"Condenamos enérgicamente todos los actos de violencia contra civiles y trabajadores en primera línea. La COVID-19 está poniendo en peligro a las personas más vulnerables, que hasta ahora han vivido en la inseguridad y el miedo durante casi diez años", ha resaltado Johan Mooij, director de la respuesta de World Vision en Siria.
"Nuestros socios están entregando ayuda médica que salva vidas proporcionando transporte para casos sospechosos de COVID-19 a una de las instalaciones de salud en las que trabajan", ha resaltado, según un comunicado publicado por la ONG.
En este sentido, ha advertido de que "si los ataques, que ya se han cobrado la vida de más de 550.000 personas desde que comenzó el conflicto, continúan, podríamos ser testigos de nuevos desplazamientos que supondrán enormes riesgos para la salud de todos".
La ciudad de Al Bab está bajo control del Ejército turco y los rebeldes a los que apoya Ankara después de que la tomaran en el marco de la 'Operación Escudo del Éufrates' contra las Unidades de Protección Popular (YPG), de mayoría kurda.
Turquía ha lanzado varias ofensivas en la zona fronteriza para expulsar de la zona a las YPG debido a sus lazos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con el argumento de que forma parte de su lucha contra el terrorismo.
Las YPG son la columna vertebral de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), las fuerzas armadas de la autoproclamada República de Siria del Norte, que controla el noreste de Siria con el apoyo de Estados Unidos.