Jair Bolsonaro
REUTERS / RICARDO MORAES

   BRASILIA, 2 Ene. (Notimérica) -

   El ultraderechista Jair Bolsonaro asumió la Presidencia de Brasil este martes recibiendo un país que se encuentra golpeado por varios problemas sociales como la pobreza y el desempleo, según un estudio del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

   La economía brasileña registró altibajos desde la última investigación del IBGE, en 2014: bajo crecimiento, desaceleración y recesión, hasta recuperarse lentamente en 2017.

   Debido a esto, miles de personas perdieron sus puestos de trabajo, aumentó la informalidad y se produjeron mayores desigualdades socioeconómicas entre personas de diferentes razas, según informó 'BBC Mundo'.

1. DESEMPLEO

   Desde de 2014 hasta la actualidad, el mercado laboral de Brasil registró una considerable reducción de vacantes, de la jornada laboral (a menos de 40 horas semanales), aumento de la informalidad y aumento de la desigualdad de ingresos.

   La tasa de desocupación, que era del 6,9% en 2014, aumentó al 12,5% en 2017. Es decir, en este período, 6,2 millones de personas se quedaron sin trabajo.

   Por su parte, los jóvenes son los que más sufrieron. En las personas de entre 14 y 29 años de edad, la desocupación pasó del 13% al 22,6% en 2017.

2. POBREZA

   Entre 2016 y 2017, el número de pobres aumentó de 52,8 millones (25,7% de la población) a 54,8 millones (26,5%), según el IBGE.

   Las personas más vulnerables son las mujeres negras sin cónyuge y con hijos de hasta 14 años. El 64,4% de ese grupo vive en la pobreza.

   Desde 2016, otros dos millones de personas cayeron en la pobrezaextrema, con ingresos aproximados de 35 dólares por mes.

   Según los datos más recientes, la renta del 10% de brasileños con mayores ingresos del país es 3,5 veces mayor que el total recibido por el 40% con menos ingresos.

3. CONDICIONES DE VIVIENDA

   La encuesta del IBGE muestra que 27 millones de personas, o el 13% de la población, viven en casas con al menos uno de los cuatro problemas que consideró el estudio: el hacinamiento (más de tres habitantes por dormitorio), alquiler excesivo (cuando supera el 30% del ingreso domiciliar), ausencia de baño de uso exclusivo del domicilio y paredes externas construidas con materiales perecederos.

   Más de un tercio de la población no tiene al menos uno de los tres servicios de saneamiento básico analizados: desagüe sanitario, abastecimiento de agua y recolección directa o indirecta de basura.

   Además, el 43,4% de las personas negras no tiene acceso a la red de alcantarillado o de drenaje de lluvias. El número cae al 26,6% en las personas blancas.