MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
La Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD) ha hecho este martes un llamamiento a favor del fin de la violencia, incluida la registrada en los últimos meses entre distintas comunidades y tribus, para lograr asentar la paz y la estabilidad en el país africano y garantizar que la población tiene acceso a la atención sanitaria ante la pandemia de coronavirus.
El enviado especial del organismo regional para Sudán del Sur, Ismail Wais, ha señalado que las autoridades deben garantizar que los civiles y los trabajadores sanitarios tienen la protección adecuada y ha condenado los enfrentamientos intercomunitarios de mediados de mayo en el estado de Jonglei (centro).
En los mismos habrían muerto cerca de mil personas, entre ellos un trabajador de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) --que suspendió temporalmente sus actividades en Pieri, epicentro de los combates--, según informó la semana pasada el comisionado del condado, John Dak Gatluak.
"Condenamos estos actos de violencia que causaron la muerte de un trabajador humanitario de primera línea", ha señalado Wais, quien ha incidido que la pandemia requiere que se depongan las armas y que todos luchen para hacer frente a la propagación del coronavirus, según ha informado la emisora sursudanesa Eye Radio.
Así, ha resaltado que "son momentos difíciles a nivel mundial a causa de la pandemia" y que "todo el mundo tiene un papel que jugar en la lucha contra la propagación de la COVID-19", antes de reclamar el apoyo de la comunidad internacional al país para que logre superar la coyuntura en la que se encuentra.
La violencia política ha disminuido en Sudán del Sur a raíz del acuerdo de paz de 2018 entre el presidente, Salva Kiir, y el principal líder rebelde, Riek Machar, que derivó en un Gobierno de unidad que vio la luz en febrero de este año.
Sin embargo, el país ha sido escenario de un repunte de la violencia intercomunitaria, especialmente en las zonas del centro del país, que ha dejado varios miles de muertos durante los últimos meses, según los balances facilitados por las autoridades locales.
Estos enfrentamientos suelen estar motivados por los intentos de robo de ganado y las disputas entre pastores y agricultores en las zonas más fértiles del país, especialmente a causa del aumento de la desertificación y el desplazamiento de poblaciones.