Publicado 20/05/2020 13:30

Sudán del Sur.- Las víctimas de violencia sexual en Sudán del Sur, sin atención adecuada y estigmatizadas

Sudán del Sur.- Las víctimas de violencia sexual en Sudán del Sur, sin atención
Sudán del Sur.- Las víctimas de violencia sexual en Sudán del Sur, sin atención - NEKTARIOS MARKOGIANNIS/UNMISS

Un informe de la ONU constata que el Gobierno solo destina el 1,2% de su presupuesto a la salud

MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -

La violencia sexual se ha convertido en algo endémico desde que estalló el conflicto en Sudán del Sur en 2013 y ha sido usada como arma de guerra por los distintos grupos armados. A pesar del acuerdo de paz firmado en septiembre de 2018, el problema persiste y sus víctimas, con graves secuelas físicas y mentales, se encuentran sin un lugar adecuado al que acudir para buscar ayuda y con mucha frecuencia estigmatizadas por lo vivido.

Así lo pone de manifiesto el último informe publicado por la Misión de la ONU en Sudán del Sur (UNMISS) y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en el país, en el que se han documentado 356 incidentes de violencia sexual relacionada con el conflicto entre enero de 2018 y enero de 2020 con al menos 1.423 víctimas, incluidos 302 menores. Detrás de estos actos estuvieron tanto las fuerzas gubernamentales como los distintos grupos armados.

Y ello a pesar de que en 2019 y 2020, el Ejército y la Policía controlados por el presidente, Salva Kiir, así como las fuerzas lideradas por Riek Machar --principal líder rebelde y actual vicepresidente-- y el Frente de Salvación Nacional apoyaron planes de acción y dieron órdenes para adoptar medidas concretas para evitar la violencia sexual por parte de miembros de sus filas.

El informe 'Acceso a la salud para supervivientes de violencia sexual relacionada con el conflicto en Sudán del Sur' analiza en profundidad la disponibilidad de atención sanitaria adecuada en las regiones de Unidad y Ecuatoria Central y Occidental, donde se produjeron el 85 por ciento de los incidentes documentados en el periodo analizado.

Así, se ha constatado que de media solo hay una instalación de salud por 10.000 personas y el 72 por ciento de la población vive a más de 5 kilómetros de distancia de la clínica más cercana. Por otra parte, la mayoría de estas instalaciones no pueden ofrecer atención especializada y carecen de médicos, enfermeras o matronas lo suficientemente cualificados como para tratar a las víctimas de violencia sexual.

SUFRIENDO EN SILENCIO

Como resultado de ello, según la ONU, muchas de las víctimas optan por no buscar asistencia hasta que desarrollan complicaciones, como infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados y problemas debido a los abortos no seguros. La estigmatización, sumada al riesgo de ser etiquetada como superviviente de violencia sexual si buscan atención, también empuja a muchas a sufrir en silencio.

Por otra parte, también se ha detectado que el Gobierno sursudanés solo destina el 1,2 por ciento del presupuesto nacional a la sanidad, lo que equivale a 14 millones de dólares. La consecuencia de esto ha sido que las organizaciones humanitarias internacionales han tenido que intentar cubrir esa brecha gracias a los fondos de los donantes pero la atención a las víctimas de violencia sexual sigue siendo escasa.

"Si algo ha dejado claro la pandemia de COVID-19, si es que había alguna duda, es lo importante que es que todo el mundo tenga acceso inmediato y adecuado a atención sanitaria", subraya la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en un comunicado.

"Para las supervivientes de violencia sexual relacionada con el conflicto, va más allá de tratar sus heridas físicas y su trauma psicológico. Es simplemente un paso crucial para darles una oportunidad de reconstruir sus vidas y las vidas de sus familias", recalca.

Esther, una mujer de 40 años víctima de violación y madre de cinco hijos, coincide con ella. "El único apoyo que necesito es mejorar mi salud. Sin salud, nada es posible", destaca. Sin embargo, "el centro de salud está siempre sin medicinas y no puedo comprar los medicamentos cuando mis hijos se están muriendo de hambre", se lamenta

"No hay trabajo para mí en la aldea. No consigo suficiente dinero con la pequeña cantidad de leña que soy capaz de recoger y no puedo cargar con mucha leña ahora, como antes de la violación, ya que me duele el cuerpo", explica la mujer, violada en Leer cuando intentaba escapar de unos enfrentamientos en mayo de 2018. "Nos vemos obligados a depender de otros", subraya.

En su respuesta a los hallazgos del informe, el Ministerio de Género, Infancia y Bienestar ha considerado "oportuno" el documento, que ofrece "una imagen real" de los desafíos a los que se enfrentan las víctimas de violencia sexual relacionada con el conflicto, incluido el acceso a servicios de salud.

"Es realmente alentador ver que el Gobierno reconoce las preocupaciones expresadas en el informe y se prepara para trabajar con Naciones Unidas para combatir la violencia sexual en Sudán del Sur", celebra el jefe de la UNMISS, David Shearer.

GARANTIZAR LA ASISTENCIA NECESARIA A LAS SUPERVIVIENTES

"Las mujeres en este país han sufrido inmensamente por la violencia sexual. Debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que las supervivientes consiguen la atención sanitaria y el apoyo que tan desesperadamente necesitan", recalca.

El informe recomienda al Gobierno sursudanés que aumente al 15 por ciento la partida destinada a sanidad en su presupuesto anual. "A largo plazo, mejorar la capacidad de médicos y enfermeras obviamente llevará algún tiempo", admite Sara Gibson, responsable de Derechos Humanos en la UNMISS. "Nos gustaría que el Gobierno destine más fondos y que no sea algo que hace principalmente la comunidad internacional" puesto que es su obligación garantizar "el derecho a la salud", subraya.

Por otra parte, según el informe, las barreras sociales también están teniendo un impacto significativo en el hecho de que muchas víctimas opten por sufrir en silencio. "Muchas de las supervivientes están desarrollando un estigma", destaca Helen Merdado, de la unidad de atención primaria de UNIDOR.

"No quieren que nadie sepa lo que ha pasado. Una de ellas me dijo que se ahorcaría porque no quería que nadie lo supiera", así que "los casos no son fáciles", subraya. Ante esta situación, los trabajadores sanitarios hacen lo posible y en algunas zonas existen especialistas en el tratamiento post violación e incluso medicinas. Unas pocas víctimas pueden acceder incluso a terapia frente al trauma.