TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - La capital de Honduras se convirtió el martes en una ciudad fantasma mientras el derrocado presidente Manuel Zelaya seguía refugiado en la embajada brasileña tras su sorpresivo regreso al país, donde el Gobierno de facto decretó un toque de queda.
Zelaya ingresó el lunes en secreto a Honduras y se refugió en la embajada de Brasil en Tegucigalpa para evitar que lo arrestaran, casi tres meses después de ser derrocado en un golpe de Estado.
En Tegucigalpa bajó la actividad casi por completo. Comercios, tiendas departamentales y escuelas estaban cerrados, mientras los autobuses urbanos pararon y sólo algunos taxis circulaban.
Los aeropuertos del país centroamericano fueron cerrados y en las fronteras sólo se dejaba pasar a periodistas y a algunos servicios de emergencia.
A las afueras de la embajada de Brasil, en una zona residencial, estaban restos de lo que fue una batalla campal entre manifestantes y fuerzas de seguridad: piedras tiradas en la calle, muros destruidos y adoquines rotos por seguidores de Zelaya para hacerse de proyectiles piedras.
Cientos de policías y militares, que dispersaron cerca del amanecer del martes a los seguidores del mandatario derrocado, bloqueaban el paso en calles aledañas a la sede diplomática, donde había unas 150 personas, la mayoría simpatizantes de Zelaya.
"Venimos a ver si hay la posibilidad de hacerles llegar alimentos, no se nos ha permitido hasta ahorita ingresar alimentos", dijo Berta Oliva, presidenta del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras (COFADEH), a Reuters.
Una antena de las fuerzas de seguridad que emite un ruido ensordecedor fue colocada afuera de la embajada de Brasil para inhibir a manifestantes y molestar a los seguidores de Zelaya dentro de la sede diplomática.
Según un organismo de derechos humanos, en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad hubo unos 20 heridos y alrededor de 150 seguidores de Zelaya detenidos. Esas cifras no han sido confirmadas oficialmente.
El toque de queda en Honduras fue declarado el lunes y se extendió al menos hasta el miércoles.