BRASILIA, 28 Abr. (Notimérica) -
El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, ha minimizado este martes cualquier malestar provocado por las diferencias entre el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y el del Senado, Renan Calheiros, sobre la votación del proyecto de ley que abarca la tercerización de los trabajadores.
Temer ha indicado que "el Legislativo es un lugar de conflicto en las materias más variadas. Muchas veces hay cierta divergencia entre el presidente de la Cámara y el del Senado, pero eso se decide en la votación", ha indicado Temer rechazando la idea de un desentendimiento personal.
El Proyecto de Ley 4330/2004, que relaja las normas de la externalización laboral fue aprobado en la última semana por la Cámara Baja y depende ahora de la Cámara Alta.
Calheiros adelantó que se opone a la propuesta. Sin embargo, Temer se mostró optimista en cuando a la divergencia que existe por el proyecto de ley y garantizó que el desacuerdo provocado por el proyecto de ley de la tercerización no ha afectado internamente al partido, según ha informado Agencia Brasil.
"El PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) siempre fue un partido de muchas opiniones y siempre se ha cuidado de reunir esas opiniones. Es lo que estamos haciendo ahora. No tengo ninguna preocupación en cuanto a esto", ha afirmado.
Temer también ha indicado que las negociaciones sobre las medidas provisionales que integran la estrategia del Gobierno de hacer un ajuste fiscal están avanzando positivamente. Según ha informado, el Gobierno tendrá que dialogar, pero los acuerdos en esta fase "están bien encaminados".
El vicepresidente ha agregado que los ajustes fiscales aplicados en Portugal y España han tenido éxito y que por ello cree que en Brasil también pueden funcionar. "Estuve recientemente en Portugal y en España y verifiqué que el ajuste fiscal dio óptimos resultados, como va a pasar en Brasil", ha añadido.
LEY DE TERCERIZACIÓN
El polémico proyecto de ley impulsado por el diputado Sandro Mabel, del Partido Liberal, propone que las empresas que contraten mano de obra de terceros mantengan la responsabilidad de pagar los sueldos y la seguridad social.
Según el proyecto, esto acabaría con la separación entre actividades secundarias y actividades principales, autorizando a la externalización del trabajo sin restricciones.
Según el PL, la contratación de servicios a terceros en el país permitiría que cualquier actividad fuese externalizada, mientras que el Tribunal Superior del Trabajo sostiene que la tercerización está restringida a los servicios de vigilancia y limpieza, prohibiendo la externalización para actividades principales de las empresas, aunque no define qué es principal y qué es secundario.
El proyecto divide en opiniones a sindicatos, empresarios y especialistas. Algunos defienden que esta medida podría perjudicar a los trabajadores, mientras que otros defienden que su aprobación aumentaría la formalización de los empleados.