Actualizado 10/11/2014 17:17

'The New York Times' apuesta por lograr un acercamiento diplomático con Cuba

Cuba's President Raul Castro attends the May Day parade at Havana's Revolution S
Foto: POOL NEW / REUTERS

NUEVA YORK, 10 Nov. (Notimérica) -

   Este domingo, el rotativo estadounidense 'The New York Times' ha publicado un extenso editorial titulado 'En Cuba, desventuras al intentar derrocar un régimen'. En él, el periódico desacredita las tácticas que durante décadas ha manejado el gobierno americano para activar mecanismos democráticos en la isla y apuesta por tomar medidas de corte diplomático.

   Así, el periódico desmenuza los distintos programas realizados secretamente desde Washington y que "solo han agravado la hostilidad entre las dos naciones, le han dado a Cuba una bonanza propagandística y han bloqueado oportunidades de cooperar en áreas de interés mutuo", asegura el editorial.

   Además, entiende el rotativo que la estrategia hasta ahora acometida, que ha costado mas de 264 millones de dólares en los últimos 18 años, está caduca y ha servido para estigmatizar a la disidencia cubana, en varios casos protagonistas de casos de corrupción. La falta de control y seguimiento han convertido estas inversiones en una suerte de subterfugio.

   Tan solo en 2008, el Congreso autorizó 45 millones de dólares para distintos proyectos, una cifra récord en términos anuales. El diario relaciona estas iniciativas con la administración Bush, y su "ambicioso objetivo de liberar pueblos reprimidos en todo el mundo". Con el presidente Barack Obama los escándalos han seguido repitiendose.    

   Como solución, el diario de corte progresista entiende que Estados Unidos debe aprender de la nefasta experiencia a la hora de desestabilizar el régimen de los Castro. Así, el objetivo final debería ser empoderar al pueblo cubano, "expandiendo oportunidades de estudios en el exterior, organizando más enlaces profesionales, e invirtiendo en las nuevas microempresas en la isla".

   'The New York Times' aboga por una coordinación entre ambos países y considera que el objetivo de Washington debe ser influir positivamente y dejar atrás estrategias subversivas contra el régimen cubano. Así, el desarrollo de unas relaciones internacionales fuertes y fluidas es el primer paso en esta nueva y conveniente estrategia.