Publicado 11/11/2019 16:38

Un tribunal de Países Bajos reclama "todos los esfuerzos posibles" para repatriar a hijos de miembros de Estado Islámico

MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un tribunal de Países Bajos ha reclamado este lunes al Gobierno que "haga todos los esfuerzos posibles" para repatriar al país a los cerca de 56 niños neerlandeses, hijos de mujeres que se unieron a Estado Islámico, que se encuentran en campamentos de refugiados en Siria.

El tribunal ha determinado que el Estado no tiene obligación de repatriar a las madres, pero ha incidido en el que los menores "no optaron por el califato, pero ahora deben hacer frente a la tortura, los abusos y la falta de instalaciones".

Un total de 23 mujeres y sus hijos acudieron a los tribunales para intentar buscar su repatriación y sus abogados han sostenido que, si Ámsterdam no lleva al país a estas personas, actuará contra los tratados de Derechos Humanos.

"Si Países Bajos no hace nada, el presidente sirio, Bashar al Assad, tendrá pronto la sangre de niños en sus manos", ha dicho el abogado Tom de Boer, según ha informado el portal local de noticias Dutch News.

Países Bajos aprobó una ley en 2017 que autorizaba al Estado a retirar la nacionalidad neerlandesa a toda aquella persona que se hubiera unido a las filas del grupo yihadista. Hasta ahora ha adoptado esta medida con once personas.

Durante la jornada, las autoridades turcas han anunciado el inicio de las repatriaciones de yihadistas extranjeros. El primero ha sido un estadounidense, pero durante la jornada serán igualmente repatriados un alemán y un danés.

El ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, anunció la semana pasada que Turquía comenzaría a repatriar a los combatientes extranjeros de Estado Islámico a sus países de origen a partir de este lunes, si bien no están claros los detalles de cómo llevará a cabo esta medida ni a los países a los que serán devueltos.

El jueves pasado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, indicó que Turquía tiene a 1.149 miembros de Estado Islámico en sus cárceles, "737 de ellos extranjeros".

El ministro del Interior turco había acusado previamente a los países europeos, citando expresamente a Reino Unido y Países Bajos, por optar por la "vía fácil" al revocar la ciudadanía de milicianos de Estado Islámico y negarles regresar al país. "No somos un hotel para ningún miembro de Daesh", sostuvo, empleando el acrónimo en árabe del grupo terrorista.