Actualizado 19/07/2009 03:40

Tropas se despliegan en estado mexicano tras ataque

Por Alberto Fajardo

NUEVA ITALIA, México (Reuters/EP) - Cientos de soldados fuertemente armados colocaban el sábado puestos de control en las principales vías del estado natal del presidente mexicano, Felipe Calderón, donde bandas del narcotráfico han intensificado ataques contra las fuerzas de seguridad en los últimos días.

Portando armas automáticas y cubiertos con pasamontañas para resguardar su identidad, los soldados registraban vehículos en el occidental estado de Michoacán, productor de marihuana, buscando narcotraficantes después de que el Gobierno ordenó el despliegue de 5,500 soldados y policías por tierra, mar y aire en la zona.

El nuevo destacamento de fuerzas, uno de los mayores en los tres años de la guerra contra el narcotráfico que ha emprendido Calderón, se da después de que bandas atacaron instalaciones policiales y mataron a efectivos federales en respuesta a la captura de un importante miembro del cártel local La Familia.

El cártel dejó apilados junto a una carretera los cuerpos ensangrentados de 12 policías que habían sido torturados, en el hecho violento más reciente de la guerra del narcotráfico que ha dejado unos 12,800 muertos desde que Calderón asumió el poder a finales del 2006.

Un vídeo que supuestamente mostraba a los policías siendo golpeados y ejecutados fue subido YouTube pero sacado del sitio en internet poco después, dijo el diario El Universal.

Diez policías municipales de Michoacán sospechosos de colaborar con el cártel en el asesinato de los policías estaban detenidos, dijo el sábado la oficina de la fiscalía general.

"Se ha llegado a un punto en el que las autoridades se vieron rebasadas y que desgraciadamente se ha tenido que traer tanta gente para tener un Michoacán en paz", dijo Gerardo Gómez, en la capital Morelia, donde sicarios arrojaron dos granadas en una plaza repleta durante las celebraciones del Día de la Independencia en septiembre del año pasado.

ENORME PODER

La Familia ha ganado poder al punto de que controla elementos de la policía local e incluso políticos en Michoacán, que se ha convertido en un punto rojo de violencia en la guerra del narcotráfico que preocupa a Washington y a inversionistas.

Calderón es nativo de Michoacán, lleno de montañas que ocultan granjas donde se cultiva droga y laboratorios de procesamiento, y fue el primer lugar a donde envió tropas.

Pero la reciente ola de ataques en represalia contra fuerzas de seguridad muestran que La Familia -que se disputa con el brazo armado del cártel del Golfo, los Zetas, el control de Michoacán- ha sido ligeramente debilitado por el embate militar.

En mayo, soldados capturaron a 10 alcaldes y un grupo de policías acusados de trabajar para La Familia, en uno de los mayores operativos anticorrupción en el combate al narcotráfico.

El cártel sigue casi religiosamente un severo código de conducta que les prohibe a sus miembros tomar drogas o alcohol y ha contactado a medios en el pasado para reivindicarse y señalar que su propósito es proteger a los michoacanos de los Zetas.

"Los delincuentes se van pero luego regresan y como está la situación, que se dejó crecer, no creo que vaya a funcionar", dijo una ama de casa en Morelia, que prefirió omitir su nombre.