MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El líder del partido islamista moderado Ennahda, Rachid Ghanuchi, ha sido elegido este miércoles como nuevo presidente del Parlamento tunecino, después de que el partido retirara su candidatura al cargo de primer ministro por la falta de apoyos.
Ghanuchi se ha hecho con 123 de los votos durante la sesión, por los 45 recabados por Ghazi Chauachi, los 21 de Abir Musi y los 18 de Maruene Falfel, según ha informado la emisora local Mosaique FM.
El Consejo de la Shura de Ennahda propuso en octubre a Ghanuchi como jefe del futuro Gobierno en Túnez, después de la victoria del partido en las recientes elecciones parlamentarias.
El jefe del Consejo, Abdelkrim Haruni, resaltó entonces que el organismo había mostrado unanimidad en la importancia de que el primer ministro sea miembro del partido y agregó que "este asunto no es negociable".
"Ennahda, que ganó las elecciones parlamentarias, tiene derecho a encabezar el Gobierno y formar el gabinete según un programa que será desarrollado con sus socios", explicó.
Sin embargo, varios partidos a los que Ennahda había propuesto una coalición de gobierno rechazaron la semana pasada la posibilidad de que la formación elija de entre sus filas al nuevo primer ministro.
El partido islamista, de tendencia moderada, ha sido hasta ahora uno de los principales actores en la política tunecina desde la revolución de 2011 contra Zine el Abidine ben Alí.
La fragmentación parlamentaria fuerza a los partidos a buscar coaliciones para intentar buscar una mayoría que dé capacidad de maniobra al Ejecutivo que saldrá de las urnas.
La Constitución de 2014 contempla que el primer ministro es uno de los miembros del partido con más representación parlamentaria y, desde 2011, ha habido diversas coaliciones entre partidos seculares e islamistas.
En caso de que en dos meses no haya un acuerdo de coalición que garantice al bloque los 109 parlamentarios necesarios para tener la mayoría absoluta, el presidente puede dar el mandato a otro partido para intentar alcanzar un pacto. En caso de que no fructifique, se convocan nuevas elecciones.