BRUSELAS, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha multado con 18 millones de euros a las compañías Brose y Kiekert, proveedores de componentes en el sector de la automoción, por pactar los precios de sus productos en unos acuerdos ilegales en los que también participaba Magna, que ha evitado una sanción por revelar esta conducta a las autoridades comunitarias.
Bruselas ha certificado la existencia de dos acuerdos distintos. Por un lado, Magna y Brose pactaron el precio de módulos de puertas y elevalunas para ciertos modelos del grupo Daimler. Por otro, Magna y Kiekert formaron un pacto sobre el suministro de componentes de cierre de vehículos de BMW y también de Daimler. Las tres compañías han reconocido su participación en sendos acuerdos.
A través de ellos, las tres firmas coordinaron su política de precios e intercambiaron información sensible sobre el mercado. Su objetivo era mantener sus respectivas cuotas de mercado y evitar una bajada de los precios de sus suministros. Las tres corporaciones se coordinaron a través de reuniones presenciales, llamadas de teléfono y correos electrónicos.
"Los tres proveedores cerraron acuerdos para elevar sus beneficios por la venta de componentes como módulos de puertas, elevalunas o sistemas de cierre. Estos cárteles perjudicaron en última instancia a los consumidores europeos y afectaron también a la competencia en el sector automovilístico europeo", ha expresado la vicepresidenta de la Comisión responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
Magna desveló a las autoridades comunitarias de Competencia la existencia de los cárteles, por lo que ha evitado una multa que habría ascendido a seis millones de euros. Brose y Kiekert se han beneficiado de reducciones por colaborar en la investigación y sus multas finales son de 3,2 millones y 14,9 millones, respectivamente.
Las multas anunciadas este martes elevan a 2.170 millones las sanciones impuestas por el Ejecutivo comunitario desde 2013 a distintos actores del sector de la automoción.