PRAGA, 6 Jun. (De la corresponsal de EUROPA PRESS Clara U. Molina) -
El ex presidente del Gobierno y presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar, opinó hoy en Praga que la UE tendría que redefinir su política "para con Cuba", en la cual, según remarcó, se "debería incluir a los disidentes".
Así lo manifestó durante su participación en una mesa redonda junto con los presidentes del Instituto de Estudios de Seguridad de Praga, Vaclav Havel, y del Instituto Adelson de Estudios Estratégicos del Centro Shalem, Nathan Sharansky, en el marco de la conferencia 'Democracia y seguridad: Valores centrales y buenas políticas', organizado por las tres fundaciones.
Tras las aportaciones de parte de los disidentes presentes, entre los que se encontraban el boliviano José Brechner, el egipcio Saad Edwin Ibrahim y los vascos Jon Juaristi y Edurne Uriarte, Aznar remarcó también el "sufrimiento que existe en el País Vasco desde hace 40 años".
El presidente de FAES también se refirió al Manifiesto de Praga aprobado durante el encuentro y apoyado por sus organizadores y el presidente estadounidense, George W. Bush, donde se "hace un llamamiento a los gobiernos y a los pueblos del mundo libre para que ayuden a aquellos que están intentando construir sociedades libres". "Es un honor ser uno de los organizadores del evento" afirmó.
Aznar apostó por la continuidad de esta iniciativa abierta durante la conferencia y la futura creación de un observatorio sobre la materia. "La idea es la de la libertad global", apuntó el ex presidente, quien negó que el interés de las organizaciones reunidas en Praga se limite a un país en concreto.
"Conozco bien vuestros países y nosotros os apoyamos y os apoyaremos cada día", concluyó Aznar, quien ayer agradeció "al presidente Bush su discurso en apoyo de los disidentes" y "en apoyo de la libertad", pronunciado al inicio de la conferencia, antes de partir a Alemania para la Cumbre del G-8, que comienza hoy.
Previamente a la mesa redonda, el ex presidente español se reunió con el primer ministro checo, Mirek Topolanek, y después se entrevistó con el presidente, Vaclav Klaus.