Publicado 06/06/2015 12:46

Vaticano.- El Papa clama "nunca más la guerra" en Sarajevo y repudia a los que hacen negocio con ella

ROMA, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Papa Francisco ha clamado "nunca más la guerra" y ha repudiado a los que hacen negocios vendiendo armas en los conflictos bélicos, arrancando el gran aplauso de las más de 30.000 personas que han asistido a la misa multitudinaria celebrada en el Estadio Olímpico de Sarajevo, el mismo escenario que acogió en su día a Juan Pablo II.

Francisco ha hecho resonar en numerosas ocasiones la palabra "paz", pero ha alertado de una "tercera guerra mundial combatida por partes" que se percibe "en el contexto de la comunicación global".

El Pontífice argentino ha criticado a aquellos que fomentan "deliberadamente" este clima bélico, en particular los que buscan "la confrontación entre las distintas culturas y civilizaciones, y también cuantos especulan con las guerras para vender armas".

Durante la homilía de la misa celebrada durante su viaje a Bosnia Herzegovina, el Papa ha reflexionado sobre el concepto de la Paz y la ha definido como "el sueño de Dios, el proyecto de Dios para la humanidad, para la historia, con toda la creación".

"Es un proyecto que encuentra siempre oposición por parte del hombre y por parte del maligno", ha resaltado.

"La guerra significa niños, mujeres y ancianos en campos de refugiados; significa desplazamientos forzados; significa casas, calles, fábricas destruidas; significa, sobre todo, vidas truncadas", ha lamentado.

Así, ha llamado a construir la paz "con sus acciones cotidianas, con actitudes y gestos de servicio, de fraternidad, de diálogo, de misericordia".

"Hacer la paz es un trabajo que se realiza cada día, paso a paso, sin cansarse jamás", ha recordado. Por eso ha implorado que los hombres puedan llegar a perdonarse "cuando alguno tenga quejas contra otro".

Por último, el Papa ha rechazado que la paz como don de Dios tenga un "sentido mágico" porque, según ha expresado, "Él, con su Espíritu, puede imprimir estas actitudes en nuestros corazones y en nuestra carne, y hacer de nosotros verdaderos instrumentos de su paz".