Actualizado 12/02/2018 08:37

Medios locales informan de al menos 18 muertos en choques entre el Ejército venezolano y mineros ilegales

Minero ilegal o garimpeiro venezolano
REUTERS / JORGE SILVA

GUASIPATI, 11 Feb. (Reuters/EP)-

Al menos 18 personas habrían muerto, según medios locales, por un choque registrado este domingo entre militares y mineros ilegales en el sur de Venezuela, a la espera de que las autoridades confirmen una cifra oficial de fallecidos cuando terminen de recabar todos los datos.

De momento, el gobernador del estado de Bolívar, Justo Noguera, ha explicado los antecedentes del choque desde el punto de vista oficialista: una comisión del Ejército repelió un ataque ocurrido el sábado en la mina Cicapra, en la ciudad de Guasipati, ubicada a 825 kilómetros de Caracas.

"Sí, hubo un ataque a una comisión militar que estaba ejerciendo labores de soberanía", ha explicado Noguera, quien ha hecho saber que no está autorizado para dar los números (de víctimas).

La información original ha sido recogida por el medio venezolano 2001, citando a fuentes del Ministerio de Justicia. "Los funcionarios del Ejército al mando del teniente coronel Romero Vergara, ingresaron a la mina en donde se enfrentaron con un grupo armado, logrando dar de baja a 18 personas, una de ellas era una mujer", según la nota.

El presidente del país, Nicolás Maduro, decretó en 2016 una vasta área del estado como una zona estratégica denominada Arco Minero -- con importantes yacimientos de oro, diamantes y coltán --, argumentando la necesidad de acabar con la minería ilegal, que ha desatado la violencia entre bandas rivales por el control de las minas y ha dejado graves daños ambientales.

En un intento por conseguir fondos para compensar una caída de los ingresos petroleros, factor que ha agudizado la crisis económica y social en el país, el Gobierno convocó a decenas de empresas locales y extranjeras para explorar y explotar el área y generar otra fuente de recursos.

Sin embargo, tanto medios como oposición han denunciado que, lejos de organizar la minería, las bandas han ganado cada vez más poder y han creado una red delictiva que ha corrompido las débiles instituciones.