CARACAS (Reuters/EP) - El Gobierno venezolano se comprometió el jueves a inyectar más recursos para subsanar una crisis laboral en las empresas estatales del sector aluminio, afectadas por la obsolescencia tecnológica y la poca competitividad en el mercado internacional.
Trabajadores de las filiales del holding estatal Corporación Venezolana de Guayana (CVG) han estado realizando esta semana protestas y bloqueos temporales de los accesos a la plantas debido al retraso en la cancelación de pasivos contractuales.
El ministro de Industrias Básicas y Minería, Rodolfo Sanz, admitió en conferencia de prensa que el sector está en un "déficit crónico" ya que tienen costos de producción que rondan los 3.700 dólares por tonelada, mientras el precio de venta no ha superado los 1.600 dólares.
"Las empresas no están generando lo que necesitan generar para poder cumplir con sus obligaciones contractuales", explicó Sanz.
El sector del aluminio venezolano está conformado por las reductoras Venalum -con capital japonés- y Alcasa, la productora de bauxita Bauxilum y la de ánodos de carbón, Carbonorca.
El Gobierno había prometido meses atrás un rápido plan de recuperación del sector pero hasta el momento no se ha realizado ningún anuncio, aunque Sanz reiteró que se estaría trabajando en ello.
El funcionario dijo que si el precio del metal no se recupera este año el Gobierno tendrá que seguir auxiliando a las empresas, que están ubicadas en el sureste del país, pero llamó a la paciencia de los trabajadores y sindicalistas.
El Gobierno aportará 212 millones de bolívares (98,7 millones de dólares) para pagar en tres cuotas los intereses sobre prestaciones sociales que los empleados reclamaban esta semana.
En abril ya había inyectado unos 191 millones de dólares para garantizar la continuidad de las operaciones.
El 80 por ciento de Venalum es de la CVG, mientras que el otro 20 por ciento está en manos de las japonesas Showa Denko KK, Kobe Steel, Sumitomo Chemical, Mitsubishi Materials, Mitsubishi Aluminum y Marubeni.
Alcasa y Bauxilum tienen participación de firmas foráneas, como las gigantes Alcoa y Alcan pero que no llega al 3 por ciento accionario.
(Por Fabián Andrés Cambero, editado por Magdalena Morales)