Actualizado 28/08/2016 13:42

Maduro denuncia una "arremetida imperial" contra los "gobiernos populares" de América Latina

Nicolás Maduro
REUTERS

CARACAS, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado una "arremetida imperial" contra los "gobiernos populares" de América Latina, alertando de que, en el caso concreto del país, la oposición pretende lanzar un golpe de Estado con "la gran toma de Caracas" del 1 de septiembre, instando a la población a salir a la calle para impedirlo.

"Es una arremetida imperial, es una arremetida continental de las oligarquías y la derecha imperialista contra todos los líderes, gobiernos y movimientos populares, progresistas, de izquierda revolucionaria", ha dicho Maduro en una cadena nacional --discurso de obligada transmisión en directo por radio y televisión--.

Maduro ha afirmado que las "acciones desestabilizadoras" que se han registrado en el último año en varios gobiernos bolivarianos obedecen a la existencia de un nuevo Plan Cóndor orquestado por Estados Unidos para "desaparecer a las fuerzas progresistas" de la región.

"Con Dilma (Rousseff) en Brasil, con Evo (Morales) en Bolivia, con (Rafael) Correa en Ecuador, con Daniel (Ortega) en Nicaragua y con todos los pueblos y movimientos sociales de América Latina, Venezuela va a luchar por su derecho a tener un camino soberano, independiente, propio, profundamente humano y nacional, popular", ha asegurado.

Maduro ha alertado en particular sobre los supuestos planes de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) --coalición opositora-- para lanzar un golpe de Estado el próximo 1 de septiembre, cuando tiene previsto hacer una gran marcha por Caracas para impulsar el referéndum revocatorio contra el presidente venezolano.

"Está en marcha un plan para un golpe de Estado fascista, dirigido desde Estados Unidos, para plagar Venezuela de violencia", ha sostenido. "No lo vamos a permitir, el pueblo en la calle no lo va a permitir", ha aseverado, de acuerdo con el diario local 'El Universal'.

Maduro ha instado incluso a sus simpatizantes a que, "si le hicieran algo, salgan a la calle a hacer Justicia". "Paren este país de punta a punta hasta restituir la Revolución y al presidente constitucional. Es una orden que les doy", ha dicho.

Además, ha anunciado que desde el Gobierno pondrá en marcha "una nueva y poderosa revolución que acabe con la oligarquía". "Queremos paz, queremos diálogo, sí, pero no vamos a aceptar violencia en las calles", ha subrayado, en alusión a las posibles negociaciones con la MUD.

Así, ha indicado que entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre el Ejecutivo llevará a cabo "una ofensiva integral, fulminante, de la Agenda Económica Bolivariana, de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción".

De forma paralela, a partir de este lunes se transmitirán por cadena nacional a las 20.00 (hora local) una serie de documentales sobre el golpe de Estado de 2002 contra el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, "para crear y reforzar la conciencia".

CAMINO AL REVOCATORIO

El pasado 1 de agosto el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció, después de varios meses de espera, que, de las 400.000 firmas entregadas por la MUD para activar el revocatorio, el 98 por ciento son válidas, --frente a las 200.000 necesarias--, por lo que dio por concluida la primera etapa.

El CNE ha apuntado a octubre como posible fecha para que dé comienzo la segunda fase, en la que la MUD debe recabar las firmas y huellas dactilares del 20 por ciento de los votantes registrados --unos cuatro millones de venezolanos-- en el plazo máximo de tres días.

Transcurrido el plazo de tres días, el CNE tiene otros 15 para autenticar los apoyos o rechazarlos, como ya hizo en 2004 con el referéndum revocatorio que se planteó entonces contra el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.

Si el CNE da su 'placet', debe convocar el revocatorio en los 90 días siguientes. Para que el mandato presidencial llegue a su fin deben votar a favor un número igual o superior de electores a los que apoyaron la elección, en el caso de Maduro 7,5 millones, con una participación mínima del 25 por ciento, unos 4,8 millones.

La MUD ha protagonizado multitudinarias protestas para aumentar la presión sobre el CNE porque si el referéndum se convoca después del 10 de enero de 2017, aunque Maduro sea cesado en las urnas no habrá elecciones anticipadas, sino que el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, gobernará hasta 2019.