Actualizado 15/11/2007 13:41

Venezuela.- Moratinos afirma que las empresas piden "serenidad" al Gobierno para defender sus intereses

Descarta gestos de protesta tras el de "enorme fuerza" del Rey y dice que aguantará "todo lo necesario" sin llamar a consultas al embajador


MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -

Las empresas españolas han pedido al Gobierno que actúe con "tranquilidad, serenidad" para defender sus "intereses" en la "crisis" abierta con Venezuela tras el incidente protagonizado entre el Rey y el mandatario venezolano Hugo Chávez en la última Cumbre Iberoamericana, informó el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, en los Desayunos Informativos de Europa Press.

Por eso, añadió el ministro, el Ejecutivo aguantará "todo lo necesario" sin llamar a consultas a su embajador en Venezuela, Dámaso de Lario, y sin adoptar ningún otro gesto "innecesario" de protesta que pueda tener consecuencias negativas tanto para los empresarios como para los españoles residentes en ese país.

Las compañías, remarcó, lo que quieren es "recuperar" la relación con las autoridades venezolanas. Y el Gobierno está convencido de que "mantener los canales diplomáticos abiertos es la mejor manera de superar estas crisis".

El ministro argumentó que un embajador es más necesario cuando "las cosas van mal" y añadió que la llamada a consultas es "lo último" que se debe hacer. También precisó que tanto el embajador español en Venezuela como el venezolano en España, Alfredo Toro, están ya en sus puestos, pero no han presentado las cartas credenciales.

Moratinos se refirió en este sentido al PP, al que acusó de querer que el Gobierno "se equivoque" y de pedir al Ejecutivo una reacción ante Venezuela que "no beneficiaría a la defensa de los intereses españoles". No obstante, esperó que los 'populares' acepten la "oferta de consenso" en esta cuestión que le ha hecho el Gobierno.

El ministro recordó también las "críticas" recibidas por el Ejecutivo desde el principio de la legislatura por parte del principal partido de la oposición, que le acusaba de ser "amigo" de Chávez, al tiempo que las compañías españolas "aplaudían (...) en los despachos", y no a la luz pública, la gestión del Ejecutivo.

El jefe de la diplomacia española sostuvo que ya el jefe del Estado tuvo un gesto de "enorme fuerza" hacia Chávez (a quien espetó el ya famoso '¿por qué no te callas?' en la Cumbre de Chile) por lo que abogó ahora por prescindir de los "gestos" y hacer sin embargo "gestión".

LA RESPUESTA DE LA "IZQUIERDA ANTIGUA"

El ministro explicó que las duras intervenciones contra España de Chávez y del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en la última sesión plenaria de la Cumbre surgieron a partir del planteamiento que "con tanta convicción" hizo Zapatero del modelo socialdemócrata español como instrumento para que Iberoamérica alcance la "cohesión social", que obligó a estos dos dirigentes a defender su modelo de "izquierda antigua".

Eso desencadenó la réplica de Chávez, con la agresión verbal ya conocida contra Aznar, y las respuestas de Zapatero y el Rey, que le mandó callar cuando intentaba interrumpir al jefe del Gobierno mientras exigía "respeto" para Aznar.

Moratinos confirmó que Zapatero y el Rey decidieron "de común acuerdo" que Su Majestad abandonara temporalmente la sesión plenaria cuando, tras Chávez, Ortega prosiguió los ataques contra España.

Según el ministro, después de la clausura de la Cumbre Ortega se dirigió al Rey y Zapatero para "expresar que no había tenido intención de herir o perjudicar las relaciones con España".

APOYO DE MORALES Y CORREA

Preguntado qué tipo de mensaje ha recibido del resto de países iberoamericanos tras el incidente de Chile, el ministro destacó el "apoyo total" de Chile, México, Perú, Argentina, Brasil y también, de los presidentes boliviano, Evo Morales y ecuatoriano, Rafael Correa.

"Morales se acercó directamente al presidente (Zapatero)" para expresarle este apoyo y Correa hizo también "unas señales", precisó el ministro, que indicó asimismo que la reacción de Cuba la vivieron de forma mucho más cercana, ya que su delegación estaba sentada al lado de la española. Fuentes diplomáticas calificaron de positiva la reacción de las autoridades de la isla con respecto a este tema.

Preguntado sobre si se arrepentía de sus declaraciones en un programa de televisión, al poco de estrenar su cartera, en las que acusó al ex presidente del Gobierno José María Aznar de apoyar el golpe de Estado de 2002 en Venezuela, respondió que no, porque de aquella experiencia aprendió "lo que hay que decir, lo que no y cómo hay que decirlo".