MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Corea del Sur ha asegurado este martes que dos de los barcos interceptados por los rebeldes huthis en el mar Rojo pertenecen a una empresa del país asiático, al tiempo que ha confirmado que dos de los tripulantes son surcoreanos.
El Ministerio de Exteriores surcoreano ha indicado que los huthis interceptaron tres embarcaciones, dos de ellas propiedad de la empresa Woongjin Development Co, y capturaron a 16 tripulantes.
Así, ha indicado que tienen confirmación de que todos los tripulantes se encuentran bien en el puerto de Salif, en la localidad yemení de Hodeida, tal y como ha recogido la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
El Ministerio ha detallado que las embarcaciones fueron interceptadas en los alrededores de la isla de Kamaran cuando se dirigían al puerto somalí de Berbera tras soltar amarras en el puerto saudí de Jizán.
La coalición internacional que encabeza Arabia Saudí acusó el lunes a los rebeldes de secuestrar un buque en el mar Rojo cuando transportaba un taladro de perforación marina propiedad de una empresa surcoreana.
Por su parte, los huthis confirmaron haber interceptado un "buque sospechoso" y resaltaron que lo liberarán si se confirma que pertenece a Corea del Sur una vez finalicen los procedimientos legales.
"La Guardia Costera yemení (...) está comprobando para ver si (el buque) pertenece a los países agresores (en referencia a la coalición) o a Corea del Sur, en cuyo caso será liberado tras completar los procedimientos legales", dijo Mohamed Alí al Huthi.
Así, Al Huthi, un alto cargo de los rebeldes chiíes, recalcó en declaraciones a la agencia de noticias Reuters que "los tripulantes están recibiendo un buen trato".
Posteriormente, la cadena Al Masirah, vinculada a los huthis, indicó que en realidad son tres los buques interceptados por los insurgentes yemeníes cerca de la isla de Uqban, uno de los cuales pertenecería a Arabia Saudí y ha sido trasladado al puerto de Salif. Sobre los otros dos no ha dado detalles.
Después de más de cuatro años de guerra, los huthis controlan importantes núcleos de población del país, incluida la capital, Saná, mientras que el Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi se sostiene en Adén, en el sur, gracias al apoyo militar de Arabia Saudí y sus aliados.
La guerra ha sumido al que ya era el país más pobre del Golfo en la peor crisis humanitaria del mundo. Según los datos de la ONU, 24,1 millones de personas --cerca del 80 por ciento de la población del país-- necesita algún tipo de ayuda humanitaria y protección.