Actualizado 22/07/2009 05:37

Zelaya asegura que regresa, pide más dureza a Obama

Por Juana Casas

SAN JOSE (Reuters/EP) - El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, dijo el martes que planea su retorno al país a partir del jueves a pesar de las amenazas de arresto del Gobierno de facto, y que pidió a Estados Unidos intensificar las sanciones contra quienes tomaron el poder.

Zelaya no dio detalles sobre su regreso, planeado para después del vencimiento del plazo de 72 horas que pidió el domingo el mediador en el conflicto, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para hallar una salida a la peor crisis política en la historia reciente de Centroamérica.

"El momento (del regreso) está abierto a partir del jueves", dijo Zelaya a una radio de Honduras.

"A partir de las 72 horas reinicio de esta forma el retorno legítimo, legal al país. No voy a dar detalles de cómo porque son estrategias que tengo que preservarlas", dijo más tarde a periodistas desde la embajada de Honduras en Nicaragua.

El mandatario interino, Roberto Micheletti, ha dicho que si Zelaya entra a Honduras será encarcelado por violaciones a la Constitución, entre otros cargos, a raíz de su intento de realizar una consulta popular para abrir paso a la reelección.

La comunidad internacional, que ha aislado a Honduras, teme que un regreso Zelaya pueda causar un baño de sangre en el empobrecido país, donde el 5 de julio un hombre murió durante una protesta en el aeropuerto capitalino cuando el Ejército frustró un intento del mandatario por volver.

"El presidente (Oscar Arias) ha sostenido conversaciones de alto nivel a nivel regional desde Washington hasta Santiago de Chile y es claro que están buscando ejercer presión sobre Micheletti", dijo a Reuters una fuente del Gobierno costarricense que pidió no ser identificada.

Zelaya dijo que envió una carta al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidiéndole que endurezca las medidas contra Honduras, ahora de manera directa contra quienes participaron en su destitución.

La misiva ya fue enviada "para pedirle (a Obama) que arrecie sus medidas ya directamente contra los que conspiraron en este golpe y efectuaron este golpe", señaló.

El líder derrocado dijo que el Gobierno de facto es insostenible, sobre todo si Estados Unidos incrementa la presión que ejerce actualmente.

"Es imposible sostener un régimen con las bayonetas. El mundo no lo va a permitir, empezando por Estados Unidos", afirmó a la radio Zelaya, que el 28 de junio fue sacado por militares de su casa y enviado a Costa Rica.

Desde que la segunda ronda de negociaciones fracasara el domingo, Estados Unidos aumentó la presión sobre el Gobierno de facto y el martes volvió a respaldar la mediación de Arias.

"Creemos que este es el mejor (camino...) para restablecer el orden constitucional en el país, y queremos ver que ocurra ahora", dijo el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Robert A. Wood, a periodistas.

Sin embargo, el mismo Gobierno de Costa Rica no podía confirmar aún que delegados de ambas partes fueran a sentarse otra vez el miércoles a la mesa de negociaciones en San José.

Sólo el canciller de Panamá, Juan Carlos Varela, que el lunes se reunió con su par de Costa Rica, Bruno Stagno, y con una delegación enviada por Micheletti a Ciudad de Panamá, habló de una nueva ronda de negociaciones el miércoles y dijo que veía señales de flexibilidad en el Gobierno de facto.

AISLAMIENTO INTERNACIONAL

Zelaya, un empresario agrícola ganadero que despertó tensiones entre empresarios y políticos incluso de su propio partido al aliarse con el izquierdista presidente venezolano Hugo Chávez, dijo que en Honduras ya se vive una guerra civil, a pesar de que las protestas por su derrocamiento han sido en su mayoría pacíficas.

"Cualquiera que esté en Honduras puede ver que ya empezó ese enfrentamiento, esa guerra civil", dijo Zelaya.

Micheletti, respaldado por la Corte Suprema de Justicia y el Congreso, ha dicho que podría adelantar las elecciones previstas para noviembre como salida a la crisis, pero se niega rotundamente a restituir a Zelaya.

El martes, en una nueva muestra de desafío a las presiones internacionales, Micheletti ordenó la expulsión del país de todos los diplomáticos de Venezuela y les dio 72 horas para salir de Honduras.

Más tarde, Venezuela dijo que también fueron expulsadas las misiones de Bolivia, Cuba, Nicaragua y Ecuador, pese a que la vicecanciller interina hondureña, Martha Alvarado, afirmó que la medida sólo aplica a la delegación de Caracas.

Observadores se preguntaban cuánta presión podría resistir el Gobierno de facto, a medida que las medidas van en aumento.

"Honduras es un país extremadamente dependiente de la ayuda internacional. Es evidente que el tiempo conspira sobre el Gobierno de facto", dijo a Reuters el analista costarricense Carlos Sojo.

Después de los reclamos de Naciones Unidas y la comunidad internacional de devolver al poder a Zelaya, derrocado hace tres semanas por militares y expulsado del país, Estados Unidos advirtió a Micheletti que podría cortar su asistencia financiera.

La Unión Europea interrumpió ayuda por decenas de millones de euros para la empobrecida nación centroamericana, días después de que el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial suspendieran préstamos con un impacto calculado de 200 millones de dólares para este año.

En Tegucigalpa se realizaron algunas protestas de partidarios de Zelaya, quienes dicen esperar que regrese el viernes, pero también ven al Gobierno de facto en una posición rígida.

"Nosotros esperamos que la presión internacional tenga sus efectos para lograr la restitución del presidente de la república, pero estamos observando que el gobierno de facto se está agarrando con todo, no quiere ceder, y eso nos preocupa", dijo Dagoberto Suazo, uno de los líderes de las protestas.

(Con reportes de Iván Castro en Managua, Elida Moreno en Ciudad de Panamá, John McPhaul en San José, Esteban Israel en Tegucigalpa y Tim Gaynor en Washington; Escrito por Anahí Rama, editada por Alejandro Lifschitz)