BUENOS AIRES, 18 Sep. (Notimérica) -
"Ni siquiera a cero volvió la causa, yo diría que a menos diez", es la frase que sintentiza el caso de la desaparición del albañil argentino Jorge Julio López el 18 de septiembre de 2006, y la dijo su hijo, Rubén López.
Aquel día López, cuyo padre fue secuestrado y torturado en la dictadura cívico militar de Jorge Rafael Videla (1976-1983), salió de su casa para estar presente en los alegatos de la querella contra el represor y exdirector de Investigaciones de la Policía, Miguel Etchecolatz, pero nunca volvió. Aún a día de hoy, su desaparición es un misterio y la causa judicial no tiene detenidos, sospechosos ni una hipótesis firme, tal y como recoge el diario argentino 'La Nación'.
Durante la dictadura de Videla, López fue detenido ilegalmente durante tres años en centros clandestinos de tortura en el autodenominado 'Proceso de Reorganización Nacional'.
Tras treinta años del último golpe de Estado y habiéndose derogado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, Miguel Etchecolatz fue el primer acusado del genocidio durante la dictadura, y López era el querellante en la causa y el principal testigo. Gracias a él, el expolicía se encuentra detenido en una cárcel común condenado a cadena perpetua.
Después de la condena de Etchecolatz, López desapareció sin dejar rastro en la ciudad de La Plata y ningún poder judicial nacional ni provincial tuvo éxito en la búsqueda.
Ante lo sucedido, diferentes organismos de Derechos Humanos han planteado desde un comienzo que la desaparición de Jorge Julio López involucra a miembros de fuerza de seguridad retirados y en actividad. Además, han denunciado la inacción de la justicia argentina y los diversos órdenes del Gobierno para esclarecer el asunto.
El día 8 de enero de 2007 la diputada nacional Nora Ginzburg (partido Recrear) presentó un proyecto de ley que en su artículo primero solicitaba la conformación de una "comisión bicameral especial destinada a mantener informado al Congreso de la Nación sobre el desarrollo de las investigaciones relacionadas con el secuestro y la desaparición del señor Jorge Julio López y el secuestro y posterior aparición con vida del señor Luis Ángel Gerez, sin que ello importe el desplazamiento de los respectivos órganos naturales a cargo de la investigación". No obstante, este proyecto nunca avanzó, quedándose la investigación estancada.
La desaparición de López incrementó las críticas sobre el régimen de protección de testigos y a pesar de que el Gobierno bonaerense estableció una recompensa pública de 200.000 dólares, cifra que se fue elevando, para quien brindara información sobre su paradero, el albañil nunca apareció.