Actualizado 16/12/2014 14:04

¿Cómo acabar con las guerras en la actualidad?

A man stands next to a pro-Russian separatist's tank riding near the village of
Foto: MAXIM SHEMETOV / REUTERS

MADRID, 16 Dic. (Reuters/Notimérica) -

   En la antigüedad, los conquistadores establecían el final de la guerra poniendo una bandera en el campo de batalla, en la ciudad conquistada o realizando un desfile de la victoria. Esos mecanismos tradicionales servían para conmemorar las hazañas bélicas, pero también para dar por concluidas las guerras. ¿Cómo se terminan en la actualidad las batallas para lograr la paz?

   En la era de la guerra contra el terror, de la guerra contra el terrorismo o de la guerra -incluso- digital, las batallas son mucho más difíciles de definir y, sobre todo, de concluir. Por eso, algunos académicos de la Universidad de Glasgow, en Escocia, han comenzado a investigar la ética de la victoria en una guerra.

   "Actualmente hay una gran necesidad de pensar sobre la ética, no solo de luchar guerras, sino de ganarlas. La urgencia de esto está señalada por las conclusiones fallidas de los recientes conflictos en Afganistán, Irak y Libia", ha explicado el investigador principal del proyecto, Cian O'Driscoll.

   "La cuestión se vuelve realmente grave cuando se piensa en términos de la guerra contra el terror, y hay alguien como [el ex secretario de Defensa] Donald Rumsfeld que dijo en el 2003, 'Nos falta métrica para saber si estamos ganando o perdiendo la guerra global contra el terror'", ha añadido O'Driscoll.

   Por eso, esta investigación de dos años tiene como objetivo explorar si es posible hacer una distinción entre victorias injustas y victorias militares, en momentos en que las guerras ya no están confinadas solo al campo de batalla.

   Para eso, en primer lugar hay que definir qué es una victoria, para lo que hay que responder a estas preguntas: ¿Cómo se reconoce? ¿Qué principios éticos deberían guiar a los Estados, líderes políticos o militares que se esfuerzan por alcanzar la victoria?", se ha preguntado O'Driscoll, señalando en su respuesta campañas que van de la guerra de Troya en la 'Ilíada', de Homero, a la guerra civil estadounidense, la de Vietnam y la del Golfo.

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   Los investigadores analizarán un amplio rango de parámetros de referencia para intentar cuantificar una victoria en la guerra moderna, teniendo en cuenta desde la cifra de muertos a los territorios tomados o la información -como el índice estadounidense de poblados que favorecían a las fuerzas comunistas durante la guerra de Vietnam- que podrían ser indicativos del éxito en campañas extensas.

   La utilidad de concluir las guerras se demuestra históricamente, ya que según como ha explicado O'Driscoll, "una derrota indiscutida" siempre ha sido mejor para una paz duradera que "una por escaso margen".

   "Recientemente, los comandantes militares estadounidenses se han quejado de que el problema con las victorias logradas contra los talibanes y el Irak de Saddam Hussein fue que no fueron lo suficientemente enérgicas, por lo que el enemigo se vio alentado para reanudar su lucha después", ha añadido el investigador, porque "quienes logran un triunfo indiscutible están usualmente en mejor posición para ser magnánimos con sus enemigos derrotados que quienes apenas lograron una victoria".

ENEMIGOS POR LA PAZ

   Cómo se trata a los enemigos es otro componente clave para la construcción de la paz. Un ejemplo revelador de la importancia de tratar bien a los enemigos es el Tratado de Versalles, que puso fin a la primera guerra mundial. El tratado, con frecuencia citado como el elemento que sembró el germen para las siguientes hostilidades, ha sido calificado por el investigador como "una paz vengativa que al final no fue nada de paz".

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   O'Driscoll espera que las conclusiones de la investigación den forma a cómo se enseña la ética del "fin de la guerra" en las academias militares. "La noción de victoria es integral a cómo la gente piensa sobre la guerra, cómo los estrategas militares hacen sus planes, y sin embargo, las personas interesadas en la ética de la guerra han dejado ese concepto (de guerra justa) a los estrategas", ha añadido.

LA GUERRA EN IRAK

   Un buen ejemplo de las confusiones generadas por no acabar correctamente una guerra, para O'Driscoll, es el discurso del ex presidente estadounidense George Bush anunciando el fin de las operaciones de combate en Irak en mayo del 2003.

   A bordo del portaaviones estadounidense Abraham Lincoln, Bush dijo que la misión encabezada por Estados Unidos en Irak continuaba, pero su aparición frente a un cartel con las palabras "misión cumplida" llevó a muchos a interpretar las palabras del presidente como una declaración de victoria. Una buena muestra del poder de los símbolos para representar la idea que se hacen las personas del mundo.

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