Actualizado 22/08/2016 22:06

AI: "Brasil ha perdido la oportunidad de convertirse en vencedor en materia de DDHH"

Favela en la Playa de Copacabana
REUTERS

   RÍO DE JANEIRO, 22 Ago. (EP/Notimérica) -

   El legado de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que finalizaron este domingo, ha sido "corrompido", a raíz de la violencia policial, que ha dejado ocho muertos durante los Juegos.

"Brasil ha perdido su medalla más importante durante Río 2016: la oportunidad de convertirse en un vencedor en materia de Derechos Humanos", así lo ha declarado el Director Ejecutivo de Aministía Internacional (AI) en Brasil, Atila Roque.

   De acuerdo con los datos presentados por la organización humanitaria en un comunicado publicado este lunes, la cantidad de muertes a manos de policías en la sede olímpica han aumentado gravemente durante 2016.

   En el mes de abril, 35 personas fueron asesinadas, en mayo 40 y en junio 49 a causa de los agentes de seguridad. Eso implica que durante estos tres meses de los que se tienen datos, de media una persona al día ha muerto por la violencia policial en la ciudad brasileña.

   Durante la celebración de los Juegos Olímpicos, que han tenido lugar del 5 al 21 de agosto, a raíz de las violentas operaciones policiales que se han realizado en algunas de las zonas más pobres de la ciudad, ocho personas han muerto. Los habitantes de las zonas afectadas también han denunciado otro tipo de abusos, como la invasión de sus casas por los agentes, las amenazas y las agresiones, tanto verbales como físicas.

   La violencia, no obstante, también ha sido sufrida por los cuerpos de seguridad, sobre todo por la constante lucha que mantienen contra el narcotráfico. Durante los 10 primeros días de los Juegos, dos agentes de Policía perdieron la vida. En total, 14 civiles han muerto por la violencia armada en las calles en las dos semanas que ha durado el evento deportivo más importante del mundo.

AUMENTO DE LA REPRESIÓN POLICIAL

   Por otra parte, AI también ha denunciado el excesivo uso de fuerza que ha ejercido la Policía para reprimir las numerosas protestas que han tenido lugar durante las dos semanas que han durado los Juegos Olímpicos, tanto dentro de los recintos deportivos como fuera.

   Varias manifestaciones pacíficas que tuvieron lugar fuera del estadio principal de la villa olímpica fueron reprimidas con granadas aturdidoras, balas de fogueo y gas lacrimógeno. Otros muchos manifestantes fueron expulsados del interior de los recintos donde se celebraban las competiciones por llevar camisetas o carteles con mensajes de protesta, lo que AI ha defendido que supone una violación de su libertad de expresión.

   Una de las manifestaciones más grandes, que tuvo lugar el 5 agosto, acabó con 100 detenidos, de los cuales unos 15 eran menores. "Una vez más el legado de un evento deportivo a gran escala en Brasil ha sido corrompido por los asesinatos policiales y por los abusos contra manifestantes pacíficos", ha añadido Roque.