RÍO DE JANEIRO, 8 Dic. (Notimérica) -
Una treintena de miembros de Amnistía Internacional han entregado este jueves al gobernador del estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão (Partido del Movimiento Democrático de Brasil), un documento con más de 61.000 firmas recogidas en las últimas semanas contra la violencia policial, un problema endémico en la ciudad y en el estado.
Antes, han celebrado un pequeño acto de protesta frente a la sede del Gobierno del Estado, el Palacio de Guanabara, donde han recordado que aún están esperando que el gobernador se pronuncie sobre las conclusiones de un informe que la organización presentó hace meses y que concluyó, entre otras cosas, que el 80 por ciento de muertes en las que participan policías no se investigan hasta el final.
El director ejecutivo de Amnistía Internacional en Brasil, Atila Roque, ha remarcado que "no es admisible" que la Policía haya matado en la última década a 8.000 personas, porque en esa dinámica de guerra que se produce en muchas favelas y suburbios cariocas no sólo mueren jóvenes -mayoritariamente pobres y negros--, sino también muchos agentes de policía.
"El Estado y nuestra sociedad están creando una especie de aniquilación de la vida como consecuencia de esas prácticas. Es como si tuviéramos vidas descartables", ha lamentado, y ha pedido que el gobernador lidere el cambio de la lógica de guerra a las drogas, según recoge el portal de noticias G1.
Amnistía Internacional ha presentado las firmas pocos días después del enésimo episodio de violencia policial: cinco jóvenes que viajaban en un coche fueron masacrados a tiros por la Policía presuntamente al confundirlos con narcotraficantes, lo que de nuevo pone en evidencia una de las prácticas más extendidas que denuncia la organización: disparar y después preguntar.
Los cinco amigos de Costa Barros se han convertido en el último símbolo de los excesos de la Policía en su lucha contra el narcotráfico en las favelas, por eso en el acto de este miércoles han estado presentes diversos miembros de la asociación de vecinos de ese barrio.
"Queremos mostrar a la sociedad que hay ciudadanos buenos dentro de la favela. No sólo hay traficantes. Queremos que las autoridades se preocupen de nosotros", pedía Edson de Castro, mientras que otros vecinos criticaban que las autoridades competentes ni siquiera se han preocupado del estado en el que se encuentran los familiares de las víctimas.