Salida Ana Julia De Juzgados De Almería
EUROPA PRESS

   MADRID, 14 Mar. (Notimérica) 

   Ana Julia Quezada, la autora confesa del asesinato del pequeño Gabriel Cruz, y quien era pareja de su padre, ha relatado ante los agentes de la Guardia Civil española que la detuvieron, después de que se encontrara a la víctima en el interior del maletero de su vehículo, su versión de cómo sucedieron los hechos que, según afirma, habrían tenido lugar de forma no premeditada tras una discusión con el niño en el municipio español de Níjar, provincia de Almería.

   Según el relato de Quezada, dado a conocer por el programa de televisión Espejo Público de 'Antena 3', la mujer ha explicado que el pasado 27 de febrero, día de la desaparición del niño, salió en su vehículo y en el camino se encontró con Gabriel, que estaba en la calle. En ese momento, la mujer detuvo el vehículo y le dijo que fuera con ella a la finca familiar ubicada en la localidad de Rodalquilar.

   "(Gabriel) Estaba solo, jugando con un palito. Le dije: 'hombre si estás solo vente conmigo. Voy a la finca'. Él se subió en el coche, fuimos a la finca y yo me puse a pintar. Él se quedó fuera jugando", especificó Quezada.

   La detenida agregó que, minutos después, vio al niño de ocho años jugando con un hacha. Fue por eso que, según ella, al preguntarle qué estaba haciendo con ese objeto, él comenzó a insultarla.

   "Él me dijo 'tú no eres mi madre, tú no me mandas y además no te quiero volver a ver nunca'. Así que nos peleamos por el hacha, se la quité y al final, con la rabia, acabe asfixiándole, tapándole la nariz y la boca", afirmó Quezada.

   Después de cometer el crimen, la mujer de origen dominicano relató que entró a la vivienda y se dio cuenta de lo ocurrido. "Saqué el paquete de tabaco y me fumé un cigarro. Y estuve pensando. No quería hacerle daño a Ángel (Cruz, su pareja), así que lo mejor fue enterrarlo", por lo que tomó una pala y sepultó al niño, pensando que así el padre del menor "no sabría nunca lo que había pasado".

   Además, cuando fue preguntado por la camiseta encontrada del niño días después en una zona que ya había sido rastreada por la policía (lo que despertó las sospechas de las autoridades), esta mujer detalló que fue ella la que puso la prenda en ese lugar "para despistar. Días más tarde cogí lo que quedaba de la ropa de Gabriel y la tiré dentro de un contenedor de vidrio en frente de un hotel", agregó, aunque la policía encontró ese recipiente en un vertedero cercano a la citada finca.

   "Al final vine a buscar el cadáver porque me dijeron que les entregase la llave y me puse nerviosa", afirmó Quezada sobre por qué transportaba el cadáver del menor en el maletero de su coche cuando fue interceptada por la policía, que ya hacía días que la estaba siguiendo, y que fue el momento en el que se produjo su detención.

   Actualmente, las autoridades se encuentran investigando si estos hechos fueron tal y como los ha contado Quezada, ya que esto tendría mucha incidencia en la sentencia final.

   En el supuesto de que esta versión sea cierta, se comprobaría que el asesinato no fue planeado, lo que podría considerarse como homicidio (con penas de 10 a 15 años de cárcel) u homicidio imprudente (uno a cuatro años de presidio).

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