MADRID/BUENOS AIRES, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
La policía federal de Argentina localizó el pasado viernes en la provincia de La Pampa el cadáver del empresario español Manuel Moneo Simón, que se encontraba desaparecido desde noviembre pasado, y que al parecer fue asesinado por uno de sus socios para quedarse con una importante suma de dinero obtenida tras una venta de maderas.
El cuerpo sin vida de Moneo Simón, que residía en Argentina desde hace varias décadas, apareció en un campo de Luan Toro, ubicado sobre la ruta 11 en la provincia de La Pampa. Según la autopsia, un fuerte golpe en la cabeza, que le fracturó el cráneo, fue la causa de la muerte, según informa la prensa de Buenos Aires.
El móvil del crimen fue por motivos económicos, según confirmaron fuentes de la Dirección General de Comunicación Exterior a Europa Press, que precisaron que es posible que el cadáver de Moneo Simón no sea expatriado a España ya que la familia reside en Argentina desde los años cuarenta y podría querer enterrarlo en ese país.
El principal sospechoso del asesinato del empresario español es Ceferino Paulino, de 34 años, un socio de la víctima que al parecer habría decido quitarle la vida para poder quedarse con los 28.000 pesos (7.500 euros) obtenidos por una venta de madera, según informa el diario local 'Clarín'.
La policía federal también había detenido a Miguel Angel Roldán, un empleado de Paulino que confesó el crimen al quedarse fuera del reparto del dinero. La hipótesis más firme apunta al socio como autor del crimen y a Roldán como cómplice. Ambos vivían en ese pequeña localidad pampeana donde apareció el cadáver de Moneo Simón.
La investigación policial comenzó cuando la hermana del empresario llegó a Argentina procedente de Madrid en diciembre pasado y no pudo localizarlo. Entonces llamó a su sobrina e hicieron la denuncia ante el Consulado español, que a su vez transfirió la denuncia a la Policía para que empezara la búsqueda.
Los investigadores lograron establecer que Moneo Simón y Paulino habían hecho una venta por 28.000 pesos. Aunque la mercancía la aportó el empresario español, la suma terminó en manos de Paulino. Por ese dinero y un nuevo aserradero que iban a abrir en la zona habría empezado la discusión que terminó con el crimen.