Actualizado 21/04/2006 16:46

Argentina.- El cardenal Rouco Varela, investido Doctor Honoris Causa por una universidad argentina


MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

El cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Rouco Varela, fue investido ayer Doctor Honoris Causa por la Universidad de Fasta de Mar del Plata (Argentina), y recibió la distinción de Ciudadano ilustre de manos del alcalde de la misma ciudad, Daniel Katz.

Durante el acto celebrado en la capilla de la Universidad, Katz destacó la importante figura del cardenal y afirmó que "su presencia es un orgullo para la ciudad". A la investidura también acudieron el fundador de Fasta, fray Aníbal Fosbery O.P, el rector, Juan Carlos Mena, y distintas autoridades universitarias y regionales.

En su discurso, Rouco Varela recordó que "la pascua de Cristo proyecta la vida del hombre a la eternidad y se convierte en la auténtica fuerza de un progreso social verdaderamente digno. La felicidad plena --dijo-- sólo nace de Dios y está a nuestra alcance" y señaló que, a partir de la resurrección de Cristo, "la esperanza es posible e inevitable, pase lo que pase en el presente y en el futuro de nuestras vidas y de la historia, si bien existe el peligro de su huída o rechazo, lo cual sería fatal porque la hemos conocido por el Evangelio hace dos mil años".

MISA EN LA CATEDRAL

El Arzobispo de Madrid presidió el jueves por la mañana una misa en la catedral Santa Cecilia, que concelebraron el obispo local, monseñor Juan Alberto Puiggari; el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Fidel Herráez Vega; y fray Aníbal Fosbery. A la celebración eucarística asistieron el vicecónsul de España en la ciudad

El cardenal Rouco Varela manifestó su satisfacción al "ver a los representantes de las casas españolas en Mar del Plata que reflejan los lazos de España con este pueblo a donde han venido tantos hijos suyos". Asimismo, comentó que esta es su primera visita a Argentina, aunque recordó que tiene un "fuerte lazo" con la capital argentina porque en ella están enterrados sus abuelos maternos, inmigrantes gallegos.

"Caminé dos horas por estas calles, sin protocolo alguno, y me sorprendió que una pareja de jóvenes me pidiera mi bendición a su próximo matrimonio, algo que ya no es tan común", destacó.