Actualizado 17/11/2006 15:44

Argentina.- Expertos demandan más seguridad alimentaria en Argentina ante el incremento de residuos tóxicos

Alertan de que en el Mercado Central de Buenos Aires sólo se controla un 20 por ciento de lo que se consume en la capital


MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

Desde diferentes ámbitos de la sociedad argentina proliferan las voces de alerta que denuncian que millones de ciudadanos consumen diariamente cereales, frutas, verduras y hortalizas que, en su mayoría, superan los límites permitidos de residuos tóxicos y que no pasan los controles sanitarios necesarios.

En primer lugar, los expertos constatan un incumplimiento de las buenas prácticas agrícolas. "En las zonas rurales hay un gran desconocimiento de la normativa vigente y de los plaguicidas adecuados para cada hortaliza o fruta", explica la ingeniera agrónoma María Gabriela Sánchez, jefa del Departamento de Aseguramiento de la Calidad del Mercado Central de Buenos Aires.

"También falta crear conciencia sobre los daños que puede causar en el Medio Ambiente, al acumularse en suelos y aguas, y sus efectos adversos en el ser humano, ya que muchos son cancerígenos", señaló.

Por su parte, la ONG Grupo de Reflexión Rural investiga en su último informe la relación existente entre el uso de los plaguicidas y el aumento de casos de cáncer, malformaciones congénitas, lupus, artritis, púrpura, asma y alergias varias en las principales provincias sojeras (Santa Fe y Córdoba). Según la ONG, sólo el año pasado se utilizaron en esas plantaciones 160 millones de litros de glifosato, un herbicida muy tóxico.

Precisamente en Santa Fe, la Cámara de los Diputados solicitó al Ejecutivo provincial analizar la presencia de plaguicidas y otros residuos peligrosos en productos lácteos industriales tras detectar la presencia de residuos tóxicos --herbicidas, insecticidas y acaricidas-- en alimentos consumidos masivamente en todo el país.

Los investigadores del Laboratorio del Medio Ambiente de la Universidad Nacional del Litoral fueron los primeros en dar la voz de alarma a raíz de unas muestras obtenidas en el Hospital de Niños de Santa Fe. Así, en el 86 por ciento de estas muestras se halló al menos un plaguicida de alta toxicidad --algunos prohibidos-- como heptacloro, aldrin, clordano, dieldrin, endrin y DDT.

En la provincia argentina de Jujuy, científicos de la Facultad de Ingeniería analizaron este año 37 muestras elegidas al azar procedentes de mercados de frutas y hortalizas y verdulerías de la ciudad de San Salvador. En todas las muestras, los expertos detectaron residuos de zineb, un fungicida de uso masivo y de bajo coste, muy utilizado en esa provincia.

La bioquímica Graciela Bovi Mitre, jefa del Programa de Detección de Residuos de Plaguicidas de la facultad, advierte sobre "los efectos tóxicos agudos provocados en humanos, como dermatitis de contacto, mareos y convulsiones".

EFECTOS LETALES SOBRE LA SALUD

Con el objetivo de fomentar la seguridad alimentaria, en el año 2001, las autoridades argentinas pusieron en marcha el Sistema de Control de Productos Frutihortícolas Frescos (Sicofhor), que consta de cuatro etapas aunque sólo es obligatoria la primera, relativa a la identificación de productos frutihortícolas frescos.

El Mercado Central de Buenos Aires, creado originalmente para ser epicentro controlador de las frutas y hortalizas de todo el país, era una herramienta eficaz hasta que el sistema se desreguló en 1992, por lo que sólo se controla un 20 por ciento de lo que se consume en la ciudad de Buenos Aires.

La jefa del Departamento de Aseguramiento de la Calidad del Mercado Central de Buenos Aires, Gabriela Sánchez, recuerda que algunos mercados, como el de La Plata, poseen sistemas de vigilancia en donde se sacan muestras al azar para que sean analizadas "En Córdoba y Río Cuarto están empezando a controlar, y también en el Mercado Fisherton de Rosario. Pero hay un grave problema: la falta de recursos".

Los expertos recuerdan que los efectos de los pesticidas sobre la salud humana pueden llegar a ser letales. En el caso del barrio Ituzaingó Anexo, en la capital cordobesa, cerca de 200 vecinos son enfermos de cáncer, mientras que las muestras de sangre de 23 niños de la zona revelan la presencia de alfa hexaclorociclohexano, un poderoso pesticida prohibido en el país.

Una investigación reveló que, durante los últimos 20 años, los habitantes del barrio bebieron, lavaron y cocieron sus alimentos con agua contaminada con endosulfán y heptacloro, y metales pesados como plomo, cromo y arsénico. "En el suelo se encontró malatión, clorpirifós, alfa-endosulfán y HCB", detalla el informe.

Problemas similares se han detectado en las poblaciones cordobesas de Monte Cristo, Mendiolaza, San Francisco y en las santafesinas San Lorenzo, San Justo, Las Petacas, Máximo Paz y Piamonte.

Por último, el Laboratorio de Endocrinología y Tumores Hormonodependientes de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral publicó este año en la revista científica 'Breast Cancer Research' una investigación sobre las concentraciones de residuos de organoclorados en mujeres en los últimos 30 años.

El documento revelaba además "asociaciones positivas entre niveles de pesticidas organoclorados en el tejido adiposo mamario y el consumo de grasa animal y pescado de río". De las 71 mujeres analizadas, 54 padecen un carcinoma invasivo mientras que 17 sufren patologías mamarias benignas. El 70 por ciento de la población femenina tenía una dieta rica en carnes rojas y embutidos.