Actualizado 27/10/2009 22:13

Argentina.- El secretario de DDHH argentino afirma que la justicia es la única herramienta contra el olvido


BUENOS AIRES, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Derechos Humanos de Argentina, Eduardo Luis Duhalde, aseguró este martes que "para los autores de crímenes contra la humanidad no hay otro camino que el juzgamiento y la condena" y que la creación de una falsa memoria pretende "imponer el olvido".

Así se expresó uno de los militantes históricos de la causa de los Derechos Humanos en Argentina, durante el segundo día del Encuentro Iberoamericano sobre Derechos Humanos y Ciudadanía 'Memorias en Transición', celebrado en el Círculo de Bellas Artes y organizado por la Fundación Contamíname y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).

Duhalde presenta estos días unas exposición donde recuerda la experiencia de la dictadura argentina entre 1976 y 1983 y explica los mecanismo judiciales que se han articulado en su país para esclarecer este periodo de la historia, entre ellos la memoria histórica.

El secretario de Derechos Humanos indicó que "la memoria no es aséptica, neutral, ni pacífica" y explicó que en el caso argentino no solo se basa en el recuento de los hechos represivos y el recuerdo y enumeración de las víctimas, sino que, además, "también es el rescate de las prácticas sociales" que fueron destruidas por la dictadura.

En Argentina, el Estado "asume como parte de su obligación el rescate de la memoria histórica asentada en la irrefutable verdad de lo ocurrido". La recuperación de la memoria histórica no consiste solo en "narrar y simbolizar la resiganción del horror" recordando los hechos del pasado, apuntó, sino que se trata de analizar "la sistemacidad de su práctica ilegal".

La construcción de la memoria histórica "no tiene recetas" porque la memoria "no debe dejar de ser parte de nuestro presente en tanto que es nuestro pasado vivo", dijo Duhalde. En este sentido, señaló que en el caso español se observa que "no hay distancia suficiente en el tiempo, porque las huellas siguen presentes en la sociedad actual" setenta años después de que acabara la guerra civil.

EL CASO DE ARGENTINA

El secretario enfatizó en la especificidad de la experiencia argentina respecto a otras dictaduras en latinoamérica, dirigidas por un caudillo militar. En Argentina, tres juntas militares se sucedieron en los años de la dictadura, con la excusa de que las instituciones democráticas no eran capaces de garantizar el orden social.

La acción de este Estado clandestino dio lugar en casi 8 años a 30.000 detenidos desaparecidos, 10.000 presos políticos detenidos en cárceles sin proceso judicial, más de 200.000 exiliados y numerosas purgas internas.

"La dictadura de Argentina siguió una metodología del exterminio como una forma de control del conjunto de la sociedad a través del terror", que, además, fue planificada de forma sistemática con antelación al golpe. El impacto de estos mecanismos de terror sistemáticos "ha afectado gravemente a la salud mental del conjunto de la sociedad", afirmó Duhalde.

La represión generó un movimiento de rechazo y de resistencia, liderado por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que impulsó las políticas destinadas a esclarecer la verdad y hacer justicia tras la caída de la dictadura. Estos pasos facilitaron el caso excepcional de que un tribunal de justicia ordinaria encausara a los integrantes de la cúpula militar y los condenara a prisión perpetua.

Finalmente, desde 2003, con el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner, y en la actualidad, durante el mandato de la presidenta Cristina Fernández, se anularon los indultos y se procedió a la reapertura de las causas judiciales, al tiempo que el nuevo jefe del Ejército argentino facilitó la subordinación de las fuerzas armadas al poder civil.