Nadadores
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   RÍO DE JANEIRO, 18 Ago. (Notimérica) -

   El último suceso sobre el supuesto asalto a mano armada que sufrieron los nadadores estadounidenses Gunnar Bentze, Jack Conger, Ryan Lochte y James Feigen la madrugada del domingo cuando regresaban de una noche de fiesta en Río de Janeiro, saltó de nuevo las alarmas sobre la seguridad en la ciudad olímpica.

   No obstante, la orden de la jueza brasileña Keyla Blanc de prohibir a los deportistas americanos salir del país debido a que dieron versiones contradictorias sobre el robo, ha suscitado dudas acerca de la veracidad de los hechos.

   Todo comenzó cuando Lochte acudió a las autoridades brasileñas para denunciar un supuesto atraco hacia él y sus otros tres compañeros de equipo cuando viajaban de regreso a la Villa Olímpica en un taxi la madrugada del domingo. Según su versión, un hombre armado que dijo ser policía detuvo el vehículo y les ordenó, a él y a sus compañeros, tirarse al suelo, exigiendo sus carteras y objetos personales.

   La polémica de este asunto surge de que las versiones de los nadadores no coinciden: Lochte sostiene que fueron asaltados por un hombre que les exigió que le entregaran unos 400 dólares, mientras Feigen asegura que fueron "varios asaltantes" y que uno de ellos iba armado.

   No obstante, las grabaciones de las cámaras de seguridad muestran que los nadadores llegaron a la Villa Olímpica con lo que el diario 'Estadao' define como una "actitud positiva".

   Por su parte, Bentz y Conger, que supuestamente estaban junto a sus compañeros durante el atraco, no quisieron presentar denuncia ante las autoridades.

    Fuentes policiales dijeron a Reuters en los últimos días que no pudieron hallar al conductor del taxi supuestamente involucrado en el incidente o corroborar ninguno de los detalles dados por los nadadores.

   Debido a estas contradiciones, la jueza Keyla Blanc De Cnop ordenó la confiscación de los pasaportes de Lotche y Feigen. Sin embargo, cuando las autoridades llegaron a la Villa Olímpica para llevarse los pasaportes y revisar los teléfonos móviles de los nadadores, Lochte ya estaba en Estados Unidos y Feigen fuera del recinto olímpico.

NUEVA VERSIÓN

   En una entrevista con la cadena estadounidense 'NBC', Lochte reveló una historia diferente a la que denunciaron el pasado domingo el 12 veces medallista olímpico y los otros tres nadadores.

   El deportista de 32 años dijo ahora que el asalto no se habría producido mientras circulaban la madrugada del domingo con un taxi de regreso a la Villa Olímpica de Río, como habían contado inicialmente, sino en una gasolinera.

   "Fueron a los baños de la gasolinera. Volvieron al taxi y le pidieron al conductor que continuara, pero él no se movió", explicó el periodista de NBC Matt Lauer, quien mantuvo la conversación con Lochte.

   "Fue entonces cuando dos hombres los abordaron con pistolas y distintivos" de la Policía, añadió.

   La otra contradicción que se refleja en esta entrevista respecto a la historia original sería que a Lochte no le habrían encañonado con una pistola en la cabeza, sino que simplemente lo apuntaron.

   Este caso está generando demasiadas dudas debido a las imprecisiones en las declaraciones de los nadadores, así como a que el supuesto atraco no se denunciara de inmediato. Por el momento, solo Lochte a regresado a Estados Unidos mientras los otros tres nadadores siguen sin poder salir de Brasil hasta que no vuelvan a declarar.

   El portavoz del Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC, en inglés), Patrick Sandusky, indicó que Bentz y Conger "fueron liberados por las autoridades locales bajo el acuerdo de que seguirán conversando sobre el incidente este jueves", según 'BBC Mundo'.

   El Gobierno estadounidense, por su parte, alentó a los cuatro deportistas a "cooperar" con las autoridades brasileñas.

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