Actualizado 30/03/2017 02:13

Los asesinos en serie iberoamericanos más temidos de la historia

   MADRID, 23 Oct. (Notimérica) -

   Latinoamérica es, junto con África, una de las regiones que cuenta con una mayor tasa de homicidios anuales. De esta forma, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) establece en su último sondeo realizado el pasado 2012 una tasa anual del 15,4 por ciento, frente a otros valores más bajos reportados por Asia (3,1 por ciento), Europa (3,5 por ciento) y Oceanía (2,9 por ciento).

   La Real Academia Española de la Lengua atribuye dos significados al verbo 'asesinar'. Por una parte, lo define como "matar a alguien con alevosía, ensañamiento o por una recompensa", mientras que su segunda acepción se dirige a "causar viva aflicción o grandes disgustos".

   Lo cierto es que, independientemente de los motivos que lleven a una persona a matar a otra --que en su mayoría no tienen ningún tipo de explicación-- muchas ocasiones se produce el fenómeno del desconocimiento, cuando a estos individuos se les conoce en la sociedad por otras características que no darían que pensar en ningún momento las acciones violentas y crímenes que han dejado a su paso.

   Es, por eso, sorprendente, el conocimiento de diferentes casos de asesinato inauditos perpetrados por personas dedicadas al servicio público como la enfermería o el cuerpo policial, dos empeños que pueden estar enfocados al narcotráfico o la prostitución en es doble cara escondida de los asesinos en serie más temidos de Latinoamérica.

LAS POQUIANCHIS

   Las 'Poquianchis' era el sobrenombre por el que fueron conocidas un grupo de asesinas en serie mexicanas durante el período comprendido entre 1945 y 1964. Esta formación, compuesta por cuatro hermanas de la familia González Valenzuela --Delfina, María de Jesús, María del Carmen y María Luisa-- poseía varios burdeles en los estados de Guanajuato y Jalisco.

    La líder de las cuatro era Delfina, quien estableció el prostíbulo 'Guadalajara de noche', en el que contaron con el apoyo de varias autoridades corruptas, a pesar de que la prostitución era ilegal en Jalisco. Allí, las mujeres eran forzadas a prostituirse para poder pagar sus deudas derivadas de las compras que sus matronas les obligaban a hacer, principalmente suministros de ropa y comida.

   Las dueñas del establecimiento mantenían relaciones sentimentales con las autoridades para estar protegidas, entre ellas, con miembros de la Secretaría de Salud, quienes emitían tarjetas sanitarias falsas de las prostitutas cautivas para disimular que aquel negocio era legal.

   Fue una joven llamada Catalina Ortega quien, en 1964, destapó este horrible caso. En su interior, las 'Poquianchis' las torturaban, enterraban vivas a las que estaban enfermas o no podían ejercer la prostitución de forma continua y practicaban abortos a aquellas que se quedaban embarazadas.

EL MONSTRUO DE LOS ANDES

   Pedro Alonso López, conocido como el 'Monstruo de los Andes', fue un asesino en serie colombiano que acabó con la vida de más de 300 niñas y jóvenes procedentes de Ecuador, Perú y Colombia. Está considerado como uno de los delincuentes más peligrosos de la historia, ya que muchos cuerpos no han podido ser contabilizados porque se llevaron a cabo en regiones aisladas.

   Pisó la cárcel en dos ocasiones: la primera, cuando tenía 21 años y fue apresado por robo; la segunda, cuando mató a los tres presos que lo violaron durante su primera estancia. A pesar de que estuvo a punto de ser asesinado cuando le descubrieron secuestrando a una niña de nueve años en Perú, fue años más tarde en Ecuador cuando lo retuvieron por el intento de rapto de una de 12.

   El detenido declaró que siempre llevaba a cabo los asesinatos durante el día, ya que tenía la intención de que sus víctimas le vieran el rostro mientras morían, tras ser violadas y estranguladas. En 1980 fue acusado de asesinato para pasar el resto de su vida entre rejas, sin embargo, tras su extradición a su país de origen fue internado en un centro de salud mental.

   Años más tarde, fue liberado por buena conducta, a pesar de haber admitido que "el momento de la muerte es apasionante y excitante. Algún día, cuando esté en libertad, sentiré ese momento de nuevo. Estaré encantado de matar, esa es mi misión".

EL NARCOSATÁNICO

Adolfo de Jesús Constanzo, nacido en Florida (Estados Unidos), fue un asesino en serie conocido como 'El Padrino de Matamoros' y 'El Narco satánico de Matamoros'. Junto con su banda de narcotraficantes, fue acusado del asesinato de 13 personas mediante unos rituales de culto afroamericano.

   Era en el rancho mexicano de Santa Elena donde se realizaban diferentes prácticas pertenecientes a la magia negra, además de diferentes sacrificios con seres humanos y narcotráfico. Alrededor de la casa había una fosa común con los cadáveres descuartizados, que tenían diferentes partes del cuerpo extirpadas.

   En la década de los 80, Constanzo se trasladó de Miami (EEUU) a México para efectuar diferentes ceremonias de limpieza de las energías negativas, unas prácticas que convencían a sus clientes por su inestimable carismática personalidad. Debido a esta cualidad, logró ser ayudado por una joven estudiante norteamericana llamada Sara Aldrete, quien sería su musa hasta su muerte.

   Mientras que los integrantes de la banda, junto con el líder de estos, participaron en un suicidio colectivo cuando se vieron rodeados por la policía el 6 de mayo de 1989, Aldrete fue detenida y cumple actualmente una condena de 647 años de prisión aunque siempre se ha considerado inocente.

LA BESTIA

   En la misma línea de numerosos infanticidios, destaca Luis Alfredo Garavito, también llamado 'El Cura', 'El Loco' o 'La Bestia'. También colombiano, este asesino en serie admitió haber matado a más de 200 niños, por lo que el organismo judicial sentenció que todas sus condenas sumaran 1853 años en total.

   Fue apresado cuando intentaba abusar sexualmente de un niño. Durante su interrogatorio admitió llamarse Bonifacio Morera Lizcano pero, finalmente, confesó el asesinato de tres niños en el municipio colombiano de Génova, además de otros 172 asesinatos cometidos en el mismo país.

   En una entrevista concedida por el canal RCN en el año 2006, Garavito negó haber violado a sus víctimas, asegurando que había cometido los crímenes por unas supuestas órdenes del diablo, confiando en su 'rehabilitación' tras unirse a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia.

   Además, debido a la legislación en el momento de las muertes, se le aplicaba una pena máxima de 40 años; una cifra que fue reducida de nuevo por una buena conducta y por su colaboración con las autoridades en el estudio del caso.

EL ÁNGEL DE LA MUERTE

   Abraão José Bueno es un enfermero brasileño llamado 'El ángel de la muerte' debido al asesinato de 15 bebés que fueron envenenados con sedantes en el año 2005 en el estado de Río de Janeiro. Fue detenido ese mismo año, cuando fue declarado culpable por cuatro cargos de asesinato y cuatro intentos de asesinato.

   Era empleado del área de pediatría del Instituto de Puericultura Martagaõ Gesteira de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Con un constante interés en ser el centro de atención, Bueno buscaba la admiración de sus compañeros y pacientes al reanimar a los niños que habían sufrido un corte de respiración.

   Logró reanimar a cuatro de los pequeños, algunos de ellos enfermos de SIDA o leucemia. En el juicio que lo llevó a ser condenado a 110 años de prisión, la defensa argumentó que los niños "murieron como resultado de las enfermedades de las cuales eran portadores", de manera que el técnico de la enfermería fue víctima de ser acusado de "matar a personas ya condenadas a muerte".