Actualizado 25/07/2009 16:33

ATLETISMO-Slaney de EEUU aún lamenta carrera con Budd

Por Gene Cherry

EUGENE, EEUU (Reuters/EP) - Veinticinco años después de un accidente con Zola Budd que la dejó tumbada en la pista de los Juegos Olímpicos de Los Angeles, Mary Slaney todavía se pregunta si la carrera que marcó su vida podría haber tenido un resultado distinto.

"Lo único que sé es que correría esa carrera de manera diferente a cualquier otra en la que estuve", asegura a Reuters la mejor atleta estadounidense de media distancia.

Slaney, entonces Mary Decker, dijo que siguió el consejo de su entrenador al dejar que las demás la adelantaran hasta los 3.000 metros de la competencia, donde muchos creían que obtendría finalmente una medalla de oro olímpica.

"Y eso fue lo que hice", dice Slaney, de 50 años, reflexionando sobre el momento antes de tropezar con la británica Budd y caer lesionada mientras la carrera continuaba.

Su entrenador, Dick Brown, dijo en una conferencia de prensa al día siguiente que él y Slaney, que era la campeona del mundo vigente, habían planeado que Budd, nacida en Sudáfrica, tomara si quería la ventaja hasta la última vuelta.

Su preocupación, dijo, no era Budd, sino quien resultara ganadora de la prueba, la rumana Maricica Puica.

"Pienso que los Juegos Olímpicos son tan importantes. Quizás debería haber escuchado al técnico", dijo Slaney.

Aunque ya no reproduce en su cabeza la carrera del 10 de agosto de 1984, la estadounidense admite que la disputaría de forma distinta.

"Si tuviera que volver atrás y decir: 'Oh, ¿hay algo que lamento?' (...) pues el gran pesar es que no competí de la manera en que normalmente lo hacía", explica.

CULPA DE BUDD

En ese momento, Slaney culpó a la inexperiencia de Budd por el choque, aunque los oficiales olímpicos despejaaron de responsabilidad a la joven.

A Slaney, quien había sufrido varias operaciones debido a problemas con sus piernas, se le había negado la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 a causa del boicot contra el evento dirigido por Estados Unidos.

Fuertemente criticada en 1984 por su reacción hacia Budd, Slaney todavía siente dolor por lo que pasó.

"¿Cómo es que alguien de casi 20 años, que ha entrenado y tratado de llegar a los Juegos Olímpicos, llegue para estar en el suelo", dijo tras el accidente y exclamó: "Oh, Dios mío".

Sin embargo, la ex atleta reconoció que su reacción podría haber sido diferente si hubiera tenido más edad en ese momento.

"No se puede cambiar (...) No sé si sería diferente si sucediera ahora, (pero) creo que a medida que envejece, una es capaz de controlar las cosas un poco más", aseguró.

Slaney y Budd participaron juntas en varias pruebas durante los años que siguientes, pero "realmente no existe una relación", dijo la estadounidense, quien describió a Budd como "una buena persona".

"No es que yo tuviera la posibilidad de conocerla después. Es sólo historia (lo que sucedió). Parte del deporte", agregó.

TEMPORADA INVICTA

"En 1985, sólo quería demostrar que era la mejor cada vez que pisaba la pista", dijo Slaney.

Slaney ya había conseguido esto en 1983, ganando el Mundial en los 1.500 y 3.000 metros. Y en 1985, conquistó nuevamente al mundo.

"Fue una sensación satisfactoria correr toda esa temporada invicta (...) fundamentalmente haber mejorado todos mis tiempos, salvo en los 1.500 metros (...) romper el récord mundial en la milla y ganar un Gran Premio", dijo .

Sin embargo, nunca consiguió una medalla olímpica.

"Era algo que ella estuvo buscando. (Pero) por una razón u otra, nunca sucedió", sostiene Ron Bellamy, editor de deportes del diario de Eugene The Register-Guard.

Slaney fue octava en los 1.500 y décima en los 3.000 metros en los Juegos de Seúl en 1988; no estuvo en el equipo de Estados Unidos que fue a Barcelona 1992 y no avanzó a la final de los 5.000 en Atlanta 1996.

Aún más triste para ella fue un polémico dopaje positivo en 1996, que mostró que su nivel de testosterona y epitestosterona era superior a la norma internacional permitida.

Slaney y sus abogados alegaron que la prueba no era fiable para las mujeres que toman píldoras anticonceptivas, pero el órgano rector de este deporte (IAAF, por sus siglas en inglés) la suspendió temporalmente en junio de 1997.

"Fue un ataque a mi persona, un ataque a toda a mi carrera (...) Me sentí como si alguien destrozara mi corazón", recuerda.

Bellamy sigue creyendo que Slaney fue injustamente acusada.

"No soy un científico, no soy un experto, pero no creo que ella haya hecho trampa, que hubiera pensado en trampas", dice el periodista, agregando que su larga carrera, donde bate múltiples récords, habla por sí misma.

Con 17 récords mundiales oficiales y no oficiales, Slaney tuvo alguna vez un récord de Estados Unidos en cada una de las distancias entre los 800 y los 10.000 metros.

Además, cinco récords de su país siguen siendo suyos.

"Haber ayudado en el desarrollo de las carreras femeninas, al deporte femenino en mi país, me da una gran satisfacción", dijo.

"Pero al mismo tiempo, siento que podría haber conseguido mucho más (...) con todas las lesiones, todas las cirugías y todo lo demás. Siento que me hubiera gustado tener más oportunidades", concluyó.

(Por Clare Fallon; Editado en español por Marion Giraldo)